Monumento a Bécquer. Parque de María Luisa (Sevilla)
15 de julio, viernes. Corren tiempos de tonterías. Solo la esencia
permanece. A veces cuesta reconocerla, pero de una u otra manera siempre sale a
flote y sentimos satisfacciones en el reencuentro. La literatura – volver a aquellos
tiempos en que uno creía en tantas cosas – reconforta. Escritores que nos
marcaron…
Uno
– como tanta otra gente - que descubrió cuando era muy jovencito la poesía del
sevillano, y como con esa edad ilusionarse formaba parte de la vida, pues se
ilusionó con lo que el hombre escribía y todas esas cosas.
Después
supo que su vida tuvo demasiadas espinas por dentro y por fuera. Y se fue un
día porque gusta de andar los caminos hasta Noviercas, en Soria y allí supo que
es pueblo viejo, muy viejo. Tanto que se remonta a cuando los tiempos se
pierden y perdieron también los papeles.
Luego,
que si romanos y árabes y Doña Urraca repudiada por Alfonso el Batallador,
claro que Alfonso andaba en tantas guerras, que para tenerlas las tenía hasta
con su mujer (tampoco eso es una novedad), y que allí una emboscada se llevó
por delante a los Siete Infantes de Lara. Que digo yo que debió ser grande - la emboscada, claro - porque para quitar de
en medio a los siete a la vez…
Y
allí, Bécquer pasó el quinario, que dicen que eso es mucho pasar cuando se
trata de lo que se trata… Después supe de su presencia en Veruela y de las Cartas desde mi celda. Por cierto, en
Tarazana anduve por varias librerías y en ninguna tenían nada de Bécquer (en Moguer
me pasó algo parecido con Juan Ramón, la vida es así).
Una
tarde, sentado al pie de la Cruz de Piedra, lo recordé. Recordé también otras
cosas y luego subí a la mediación del Moncayo y desde allí vi la tierra de
Soria donde se acaba Castilla la Vieja y Aragón hacia el otro lado y…
Luego,
en la vera del camino, me senté un rato y abrí el viejo libro de Rimas (las que se publicaron después de
su muerte) y Leyendas y leí un rato,
despacio, sin prisa, como hay que hacer con estas cosas y convine conmigo mismo
que un hombre que escribe: “Por una mirada, un mundo; /por una sonrisa, un
cielo;/ por un beso... ¡Yo no sé/ qué te
diera por un beso!” No puede pasar de moda….
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