Está ahí desde siempre. Bueno,
desde siempre, no. El cariño puede con la objetividad. Está ahí desde hace
mucho tiempo. Tanto, tanto que se pierde en los papeles viejos. Dicen que fue
el arrabal del castillo, que la gente vivía allí y que cuando venían los
peligros los muros cercanos le daban protección y seguridad a todos… Ya se
sabe, las cosas que pasaban en aquellos tiempos.
Esta mañana la luz se ha venido
a dar un garbeo por sus calles. La luz que aquí es muy atrevida se viene todos
los días. Conforme avanzan las horas ella se cambia y se pone coqueta y le da
un tiente tan especial, tan distinto que lo hace único. Podrá haberlos parecidos,
pero ¿más bello?
En su suelo tuvo lugar un hecho
histórico. Verán. Corría la primavera de 1434, o sea, casi en la mediación del
siglo XV. La nobleza andaluza tenía posesiones. Querían más. Los ricos en
materialidad siempre insatisfechos. A un castillo había que unirle otro; a más
tierra, pues más tierra… La ambición no tiene ni tiempo ni límite.
Diego Per Afán de Ribera –
Diego de Ribera – Adelantado Mayor de Andalucía se las andaba guerreando por la
zona. La frontera estaba en Ardales donde la había puesto Alfonso XI, el que
murió de peste en el cerco de Algeciras; ese. El castillo de Álora era una
conquista muy apetecible.
Llave de entrada por la Hoya
hasta Málaga. Los reyes castellanos fracasaron una y otra vez. Don Diego pone
cerco. Las cosas para él le fueron de lo peor que puede imaginarse. Álora entró
en el romancero y en su suelo nace uno de los más bellos romances épicos.
El romance lo narra todo. Dice
que fue una mañana en domingo, que moros y moras subían huyendo al castillo,
que “las moras de quince años llevaban el oro fino…”. Al final, don Diego ante
las voces de la muralla cree que es suyo el castillo, se alzó la visera y…
Nace el romance: “Álora, la
bien cercada / tú que estás en par del río”… Y esta mañana de otoño la luz
que ve cómo se arremolinan las nubes
sobre el Monte Redondo, se ha dado un garbeo para no perderse saborear cómo es
este Albaicín chiquito…
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