Octubre,
27, lunes
La vida
de doña Jerónima de las Cuevas – en algunos documentos Jeromina – está llena de
enigmas. Abre conjeturas desde la autoría del cuadro hasta quién era realmente
la dama retratada.
Hay
quien opina que no es una obra de El Greco sino de Sofonisba Anguissola pintora
italiana, natural de Cremona, que vivía
en la corte de Felipe II donde pintaba a la infanta Catalina Micaela. El parecido con la infanta es asombroso.
Otros afirman
que el autor de la “La Dama de Armiño”
es El Greco. El Doctor Marañón lo deja patente en su obra El Greco y Toledo. Expone que, en cierto modo, rompe con la imagen
tradicional de las mujeres que aparecen en su obra, sin embargodon Gregorio la
ve pintada, con variantes, en otras obras de relevancia del autor cretense.
¿Quién
era? Otro abanico de conjeturas.
Enumerarlas, una quimera. La reconocen
como mujer de El Greco y madre de Jorge Manuel nacido de esta relación. A la
muerte del pintor, sin embargo, ella no aparece en el testamento. En la
relación de objetos que se detallan en la casa, tampoco hay nada que, haga
constancia de la presencia femenina en el hogar. Da pie a pensar o que no vivía
con él o que ya estuviese muerta.
Cuando
El Greco se establece en Toledo se hospeda en la Posada de la Higuera, en la
calle Azacanes, donde afirman que, en una casa, de la que no se dice el número,
vivía “(…) una vecina llamada Jerónima de las Cuevas con Barbulla Rodríguez,
viuda…” (que podría ser su madre).
El
Greco llega a Toledo en 1576 0 1577. Él tiene treinta y tantos años; ella, poco
más de veinte. Existe una corriente de comunicación entre ambos. Su rostro
aparece en varias obras: María Dolorosa
(Museo Lázaro Galdiano), la Verónica
(Museo de Santa Cruz), El Expolio (Sacristía
de la Catedral de Toledo), La Sagrada
Familia, (Hospital Tavera)…
Pudo
sufrir una enfermedad psiquiátrica con internamientos y salidas esporádicas en
el Hospital de Afuera (de ahí el cariño de El Greco por los locos, especialmente
en la colección de Apóstoles).
Se dice
que puedo ser, también, una mujer proveniente de un burdel toledano o incluso de
ascendencia judía (su nariz larga puede delatarla). Sea lo que fuere, esta
mujer de “rostro triste y un tanto meditabundo” es una de las mujeres más
bellas que aparece en los lienzos de la pintura española.
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