Octubre,
9 jueves
Esta
mañana ha saltado la noticia. Ha sido muy esperada. Ha sido muy deseado. ¿La
credibilidad? Bueno, surgen dudas, muchas dudas porque ambos dos no son de todo
comer.
La
televisión, la radio, los periódicos…Todos los medios han dicho que hay un
posible acuerdo de paz en el conflicto de Oriente Medio. No solo entra en el
juego Gaza; entran, además, otros: Israel, Hamás, los Países Árabes unos del
entorno como, Egipto; otros más lejanos, Qatar, Arabia Saudí… y el que está más
lejos y gana más, EE.UU.
Ha habido
opiniones para todos los gustos. Algunos me van a permitir que las obvie. No
merecen la pena. Otros, gente seria y que sabe de lo que habla ha expuesto la
dificultad para que esto sea verdaderamente la semilla de la paz y no la
semilla de la cuarta guerra de Gaza. Sería tristísimo que pierdan una ocasión
de oro.
No lo
van a tener fácil, desde luego. Son miles de años (lo de Gaza es de ayer tarde)
que esos mundos, el hebreo y el islámico están enfrentados. La cosa comenzó con
Abraham y después, ha ido dando tumbos. Primera cautividad en Babilonia en
tiempos de Nabucodonosor; segunda diáspora con los romanos; expulsión de casi
todos los países donde se han asentado… Así casi a nuestros días.
Se
comentaba una anécdota que puede encajar en esta situación. Recién llegado el
Gobierno Socialista al poder, en noviembre de 1982, se anuncia una visita de
Juan Pablo II a España. Entre los posibles lugares donde acudirá, surge
Santiago de Compostela.
Se hace
una comisión presidida por Alfonso Guerra para adecentarlos lugares a los que
puede acceder Su Santidad. En Galicia, en primer lugar, el aeropuerto de
Santiago. Los gallegos ven la ocasión pintiparada de que se les hagan un
aeropuerto de categoría; los técnicos de la Administración Central dicen que no
se justifica la inversión. Tiras y aflojas. Ninguno de los dos quiere ceder. Se
cuenta que unos alegaban que era evidente que la visitaría por su valor
religioso; los otros, que no. Entonces, Alfonso, al que hoy se echa mucho de
menos, intervino: “¿Y si viene? Dijo-.
El aeropuerto se adecentó.
¿Y si
viene la paz? A lo mejor este año puede pasar a la Historia después de tanto
horror y tanta tragedia con su nombre propio porque en aquella tierra bendita
la gento comenzó a dejar de odiarse…
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