martes, 21 de octubre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. AlhakenII, pelirrojo y buena gente

 




Octubre, 21 martes


Desde hace tiempo sigo una página – excelente – Pasión por el románico. La información que aporta a modo de fotografía, y algunas veces con textos, difícilmente, mejorables. Pilar Lobo, a quien no tengo el honor de conocer, ha publicado la foto de una pieza “el bote de Zamora” regalo a la concubina ‘Aurora’ por el califa Alhaken II.

Sabía algo de este califa por otras lecturas. He optado por sacarlo hoy a la luz. Vaya por delante, que es tan andaluz como los nacidos en esta tierra.  Está considerado como uno de los más grandes, el otro puede ser su padre, Abderramán III, quien puede hacerle algo de sombra.

Dicen que era rubio, un rubio intenso que tiraba más a pelirrojo, fuerte de complexión con piernas cortas, es decir, en lenguaje de hoy “bajo y gordito” y con un gran mentón. Vivió en torno al año mil de nuestra era y dio a su pueblo un periodo de paz y sosiego que redundó en beneficio. Gobernó durante 15 años y cuando murió su padre optó por el título de: “el que busca la ayuda victoriosa de Alá”.

Desde muy pequeño tuvo una educación esmerada. Llegó a tener una biblioteca con más de cuatrocientos mil volúmenes (cuando no existía la imprenta) y dos mujeres, - hoy diríamos bibliotecarias – dedicadas a ayudarle en sus estudios e investigaciones.

 En la frontera del norte puso al general Galib para tener a los cristianos ‘a raya’. No era muy difícil. Castellanos, leoneses y navarros andaban a la gresca entre ellos para quitarse reinos, deponerse de los tronos y sobresalir unos sobre otros. La división ya se sabe…

Estaba casado don Radhia. Desde joven, acusado de homosexual; no tenía hijos. Tuvo dos con una concubina, ‘Aurora’, vascona, de origen, Subt de nombre. El mayor, tenía once años lo sustituyó a él, pero no lo dejaron reinar. Almanzor llegaba como un huracán; asumió el poder.

El propio Alhaken II sospechó de infidelidades de Subt, “la gran señora”.  Le ayudó mucho en las tareas de gobierno. Sospechó, también, de las mujeres de su harem con Almanzor que una vez hecho con el poder rompió la paz impuesta por el califa y entró en guerra con los cristianos desde Galicia hasta los Condados Catalanes.

Alhaken, nunca asistió a una guerra, solo de niño acompañó a su padre en la campaña contra Bobastro, trató por igual a cristianos, judíos y musulmanes. Hizo prosperar la agricultura y la ganadería hasta el punto que fue una época donde más tributos se recogieron. Impulsó la construcción de la Mezquita de Córdoba y de Medina Azahara donde pasaba temporadas desde primavera hasta otoño. Construyó escuelas para niños pobres y huérfanos. Un buen gobernante, culto, erudito y amante del estudio.

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