Octubre, 21 martes
Desde
hace tiempo sigo una página – excelente – Pasión por el románico. La
información que aporta a modo de fotografía, y algunas veces con textos,
difícilmente, mejorables. Pilar Lobo, a quien no tengo el honor de conocer, ha
publicado la foto de una pieza “el bote de Zamora” regalo a la concubina
‘Aurora’ por el califa Alhaken II.
Sabía
algo de este califa por otras lecturas. He optado por sacarlo hoy a la luz.
Vaya por delante, que es tan andaluz como los nacidos en esta tierra. Está considerado como uno de los más grandes,
el otro puede ser su padre, Abderramán III, quien puede hacerle algo de sombra.
Dicen
que era rubio, un rubio intenso que tiraba más a pelirrojo, fuerte de
complexión con piernas cortas, es decir, en lenguaje de hoy “bajo y gordito” y
con un gran mentón. Vivió en torno al año mil de nuestra era y dio a su pueblo
un periodo de paz y sosiego que redundó en beneficio. Gobernó durante 15 años y
cuando murió su padre optó por el título de: “el que busca la ayuda victoriosa
de Alá”.
Desde
muy pequeño tuvo una educación esmerada. Llegó a tener una biblioteca con más
de cuatrocientos mil volúmenes (cuando no existía la imprenta) y dos mujeres, -
hoy diríamos bibliotecarias – dedicadas a ayudarle en sus estudios e
investigaciones.
En la frontera del norte puso al general Galib
para tener a los cristianos ‘a raya’. No era muy difícil. Castellanos, leoneses
y navarros andaban a la gresca entre ellos para quitarse reinos, deponerse de
los tronos y sobresalir unos sobre otros. La división ya se sabe…
Estaba
casado don Radhia. Desde joven, acusado de homosexual; no tenía hijos. Tuvo dos
con una concubina, ‘Aurora’, vascona, de origen, Subt de nombre. El mayor, tenía
once años lo sustituyó a él, pero no lo dejaron reinar. Almanzor llegaba como
un huracán; asumió el poder.
El
propio Alhaken II sospechó de infidelidades de Subt, “la gran señora”. Le ayudó mucho en las tareas de gobierno.
Sospechó, también, de las mujeres de su harem con Almanzor que una vez hecho
con el poder rompió la paz impuesta por el califa y entró en guerra con los
cristianos desde Galicia hasta los Condados Catalanes.
Alhaken,
nunca asistió a una guerra, solo de niño acompañó a su padre en la campaña
contra Bobastro, trató por igual a cristianos, judíos y musulmanes. Hizo
prosperar la agricultura y la ganadería hasta el punto que fue una época donde
más tributos se recogieron. Impulsó la construcción de la Mezquita de Córdoba y
de Medina Azahara donde pasaba temporadas desde primavera hasta otoño.
Construyó escuelas para niños pobres y huérfanos. Un buen gobernante, culto,
erudito y amante del estudio.
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