domingo, 19 de octubre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Polémica

 




Octubre, 19, domingo

 

Acaban de fallar el Premio Planeta. Han abierto la espita del agravio nacional. En tromba y sin mirar a los lados. Arremeten inmisericordes contra la persona premiada y por la dotación.

Estoy desconcertado. Aluvión de opiniones. Me asombra. Más de media España opina, sentencia y condena a los que conceden el premio y a quién se lo han concedido.

No he leído ni una sola línea del señor premiado. Puede ser maravilloso o un desastre. Lo que procede, y es lo que hago, es espera a conocerlo en su obra y, después, obviamente, opinar.

Los premios literarios a veces, son una manera, de vender libros. O sea, dinero y negocio. ¿Luego, se leen?, ¿se apilan en las estanterías para darle la compañía del olvido? No sé. Cada cual es responsable de lo que hace.

Si la sociedad tuviese un mínimo de exigencia, a lo peor, el libro no llegaría por mucha publicidad que se le diese, ni a la acera de enfrente. Tengo una leve sospecha. Somos muy generosos con la comida basura y muy pasotas con la de calidad.

A veces, me pregunto, qué libros recomiendan los profesores de literatura de los institutos. A lo mejor, no hay que preguntarse qué recomiendan, sino si recomiendan algo. Estamos ahítos de basura en la prensa, en la televisión, en la radio, en…

¿Quién lee hoy en España a Cervantes, a Galdós (me temo que Trapiello y yo) a Pío Baroja, a Delibes…? ¿Sabemos cómo escribía Ana María Matute, Carmen Laforet, María Zambrano, doña Emilia Pardo Bazán? ¿Por qué escribían como lo hacían Rosalía de Castro, Bécquer, Jose María Gabriel y Galán o Jacinto Verdaguer? ¿Qué sabemos de la literatura que nos retrató como la de Ramón J. Sender, la de Álvaro Cunqueiro o la de los Hermanos Álvarez Quintero, o la de Blasco Ibáñez?

Levante la mano quién ha leído algo de Teresa de Ávila, a Juan de Yepes,  fray Luis de León, Fray Gabriel Téllez, o de ese hombre de Moguer que era muy serio y de mal carácter… Escribió algo tan delicioso como decir que el borriquillo era “tan blando por fuera que se diría que era todo de algodón…” Una utopía.

Paciencia, hermanos, paciencia. Si pueden, lean, si lo creen conveniente, a don Gregorio Marañón. Hizo los mejores estudios sobre: El conde-duque de Olivares; El Empecinado, El Greco, Amiel, Don Juan, Antonio Pérez, Enrique IV de Castilla, Tiberio… Los disecciona con bisturí de médico, con curiosidad de erudito y con prosa de magnífico escritor. No condenó a nadie. ¡Ah, y no era ni monárquico ni franquista, él con Ortega trajeron la II República!

 

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