miércoles, 8 de octubre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Carmen de Antequera, joya del barroco.


 


     

Octubre, 8 miércoles

 

Andalucía es una ebullición del Arte Barroco. Sí, ese estilo que en contraposición con el Renacentistas que dejaba atrás, enmarañó la madeja y lo llevó al compás de la Contrarreforma y, además. se quedó un poco corto con lo que venía después, el Rococó. (Ya la palabra, en sí es rebuscada).

Algunas ciudades andaluzas compiten entre ellas: Écija, Priego de Córdoba, Osuna, Carmona…y muestran bellezas que parecen insuperables. Hay una que se escapa antes de llegar a la línea de meta. Antequera. Es inalcanzable.

A Antequera hay que ir sin prisa. Es imposible, no solo en el barroco, que ya lo es, sino en todo su patrimonio -Prehistórico, romano y natural- , abarcarlo en un día. Iglesias, conventos, palacetes, casas señoriales, espadañas, fachadas, museos, leyendas… Pasado sobre pasado. Se sobrepone sobre sí mismo.

Debes saber que “el sol sale por Antequera” que está casi en el centro geográfico de Andalucía y que puedes venir por las carreteras, ahora autovías, desde Sevilla, Córdoba, Granada o Málaga. Yo, lo hago por una del siglo XIX (no han tenido tiempo de suprimir algunas curvas ni darle un poquito de más anchura). Entro por el Portichuelo. Ahora, han cambiado los sentidos de las direcciones y hay que resolver el laberinto. Pero, en cuanto lo hagas…

Acércate al Carmen. Asómate al mirador. Contempla la panorámica de la Moraleda. Debe el nombre a las huertas que cultivaban las moreras como base alimenticia de la larva que daba vida a la industria de la seda. 

Está colgada sobre el precipicio y fue convento de Carmelitas Calzados. Su origen, como casi todo en Antequera, en el XVI. 

Entra. De su aspecto exterior - descompuesto - no te destaco nada. 

Su retablo es la joya del templo. “Es un himno carmelitano en el que santos y santas relacionados con la orden se ven acompañados de toda una corte de ángeles adolescentes y pequeños que tocan instrumentos musicales, sostienen guirnaldas o juntan sus manos en actitudes que parecen tocar palmas”. 

Y todo el artilugio barroco no es sino marco para resaltar el camarín central en el que se guarda la imagen de la Virgen del Carmen, titular de la orden y del templo. El autor, Antonio Primo; las imágenes, de José de Medina; obra, del XVIII. 

Me parece que lo mejor que puedes hacer ante una obra así es sentarte delante, según dispongas de tiempo, y escudriñar con ojos avizores cuánto de belleza se muestra bajo la pátina del paso del tiempo que mutila santos, ausenta y volatiza figuras o simplemente los cubre con una capa de polvo. 

De yeserías, retablos, imágenes, capillas..., lo mejor es que te dejes llevar por la ‘Guía de Jesús Romero’, o por las explicaciones de los jubilados que te lo enseñan. Te van a decir más y mejor.

Créeme. Te quedarán ganas de volver…

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