Coronación
Canónica por el Obispo de Málaga. Mons. Antonio Dorado. Año 2000
Octubre, 5 domingo
Mañana
fría de primeros de enero. Esquina de Armengual de la Mota con calle Hilera. Las
sombras – aún no había bajado el sol a las aceras – tenían la calle resbaladiza.
Me encuentro con Diego Trujillo. Venía eufórico. Como era Diego para las cosas
que él quería mucho…
- Pepe,
nos lo han concedido. Vengo del Obispado y nos lo dan…. Nos conceden la Coronación
Canónica de la Virgen.
No me
deja hablar. Agrega: No vayas a publicar nada, - entonces yo era corresponsal
de Sur – ni se lo digas a nadie. ¿Me lo prometes? Tú has sido el primero que me
he encontrado del pueblo. No lo puedo guardar dentro….
Se fue
como una exhalación; se perdió entre la gente…
Veinticinco
años después, la Hermandad de Dolores, ha llenado de paneles (diez) la avenida
que Álora dedica al más ilustre de nuestras letras, Miguel de Cervantes. La exposición,
magnífica. Rememoran la efeméride; ponen los hitos más sobresalientes: entrega
de las Llaves de Oro de la Ciudad a la Legión y el acto en sí de la coronación
con autoridades y personalidades asistentes al acto. Han trabajado concienzudamente
y han hecho algo único y excepcional.
La Real
y Sacramental Cofradía de María Santísima de los Dolores Coronada y Soledad
tiene el peso de la Historia acumulado. Centenaria recoge un pasado con momentos
de esplendor y otros de dificultades.
Fue la
primera en salir a la calle, sobre un trono improvisado, cuando España aún sufría
la Guerra Civil; la única “Sacramental”. En su altar se adoraba al Santísimo Sacramento;
única Dolorosa coronada; única procesionada
bajo palio; única que saca a la misma imagen – cuatro veces: traslado claustral,
el Viernes de Dolores; Jueves Santo, cerrando las salidas del día; protagonista
de la Despedía en la mañana del Viernes, y Soledad, cuando llega la media noche… La ornamentación
es de tal variedad que un profano duda si es la misma imagen. Única que tuvo
banda de cornetas y tambores propia – a los niños nos parecía la mejor del mundo
– en la penuria de los años cincuenta…
En los
momentos de dureza económica “los niños de la Cofradía” (Ignacio Mariscal,
Pepe Díaz, Diego Trujillo, Diego Consiglieri, Paco “el de la Balita”, Diego,
otro Diego…Los últimos se fueron con ellas donde el viento no apaga la
candelería.
Dieron
el paso adelante. Dos hombres excepcionales a los que movió su amor a la Virgen,
Antonio Hierrezuelo y Pablo Consiglieri avalaron con su patrimonio la operación
bancaria. A esos hombres – esos hombres anónimos que hacen tanto y se les reconoce
tan poco… hoy debe parte su esplendor la Cofradía. Antonio Hierrezuelo era de
Mijas. Vino a Alora vendiendo pescado en un puesto en la calle. Sus hijos Antoñín
y Joaquín con el apoyo excepcional de sus mujeres, Anita y Antonia María regentaron
la mejor pescadería de Álora hasta su jubilación…
Disculpen la extensión, el acto lo requiere. Me hago portavoz para agradecer a las autoridades, alcalde, Francisco J. Subieres y Corporación Municipal; al párroco Felipe M. Gasco y comunidad eclesial, a la Hermana Mayor, María José Pérez, su Junta de Gobierno y a quienes han hecho posible, de una u otra manera, este regalo que se nos hace al pueblo de Álora.
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