Nueva York. Cristóbal Pérez García
Septiembre,
6 sábado.
La Asociación
de Artistas Independientes de Álora está integrada por pintores nativos de la
localidad y por otros residentes (hay quien vive en esta ciudad blanca de la
Hoya de Málaga desde hace varios años) que han captado la luz que impera en la
zona.
Han
abierto una ventana. En esta ocasión es la Decimo Tercera vez que lo hacen y
muestran su evolución pictórica, su manera de impregnarse de la luz, de la
esencia que les rodea y lo pasan por filtro de sus almas de artistas para
devolverlo en medio de la belleza y la sutileza de la otra trabajada y bien
hecha.
Cristóbal
Pérez Garcia, Yolanda Fernández, Cristina Salmerón, Ana María Garrido, Fernando
Bernal, Skye Montegriffo, Mariana Díaz, María José Campos, María Van Stekelenbur,
Julia Gross, Salvador Chamizo, Juan José Postigo, Antonio Díaz Berlanga…
Son
ellos o parte de su alma que desnudan y se muestra al público a modo de una
ciudad que lucha en una sobrevivencia sobre sí misma y se eleva y se eleva en
busca de un cielo imposible; de una mirada penetrante que escrudriña a quien se
estaciona ante la obra y se empapa de ella; una perspectiva que se profundiza
en un paisaje donde el árbol, además de dejar de ver el bosque traslada a una
profundidad donde deja que vuele el pensamiento libre como una hipotética mariposa
que se deja llevar por la contemplación de la luz y la belleza.
Se afianza
el buen momento de Cristóbal Pérez García. Como la Consagración de la Primavera
de Stravinski sus cuadros son un ballet de olas de nácar en mares azules o en
la arquitectura de la ciudad moderna que lucha en su interior consigo misa; Ana
Maria Garrido es la paz espiritual de una mujer con una riqueza de vida interior
muy fuerte; la progresión de Fernando Bernal; la quietud del paisaje o el
sosiego en el retrato, de Julia Gross. Antonio Díaz Berlanga, rememora su
antigua profesión y nos regala un bosque de ‘dulce’, dos adolescentes frente a
un mar azul o la calma de los veleros en la bahía.
Irrumpe por primera vez María José Campos. Tiene, a mi modo de ver, mucho que decir. Un colectivo de mujeres nos aporta luz, dominio de la técnica, pinceladas seguras, almas pletóricas de vida, miradas que van más allá… Si ustedes se acercan a la exposición se van a llevar una sorpresa muy grata. Yo la he tenido. No lo duden, háganlo.
El bosque de Cantabria. Antonio Díaz Berlanga
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