Sepiembre, 13 sábado
“Que Dios reparta suerte,
agregó, cuando se dirigió a la feligresía que abarrotaba el templo, casi al finalizar
la ceremonia de la toma de posesión, de José Antonio Satué como obispo de Málaga. Sabéis, que esta tarde, juegan
en El Alcoraz, el Málaga y el Huesca, que Dios reparta suerte, dijo con una sonrisa
en la cara. Un amigo que estaba mi vera, me dijo, “éste, pisa la tierra”.
La Catedral Católica –
al acto asistieron creyentes de otras confesiones - de
Málaga abrió sus puertas, de par en par, en una tórrida mañana de verano.
Entraba por ellas, el nuevo Obispo de la diócesis. Un hombre oscense, nacido en
una familia humilde, “alto de estatura” según dijo él, en la homolía.
Viene, con un paso
brillante por Roma en cargos de responsabilidad, y de una diócesis, pequeña, hoy,
Teruel Albarracín. Antaño, de allí llegó José Molina Lario, uno de los grandes obispos de Málaga. Se puede repetir la historia.
Su sello se inspira en
los primeros pasos de la Iglesia: “Como Tú y Contigo”. Dijo que no basta con
quedarse en lo superficial. Es necesario abrir cada día nuestro corazón. Agregó
que hay que vivir la sinodalidad y es urgente dar pasos firmes para transformar
nuestro estilo de vida. Cristo, manifestó, pide y espera una vida coherente con
lo que creemos”.
En otro momento de la homilía
destacó que “nuestra vocación no es conservar espacios, sino promover procesos
de liberación, de justicia y santidad”. Habló de los marginados, explotados, de
las personas solas; de los problemas de la sociedad de hoy.
Tanto a la entrada, antes
de la ceremonia, como al final, departió con los feligreses. En la foto, un saludo
reverencial de Bartolomé Ordoñez Guerrero, un hombre de la Cueva del Becerro,
miembro de algo que hoy puede sonar a obsoleto, la Adoración nocturna y
futbolero – no sé si el obispo lo es, Buxarrais lo era, aunque… sería algo
bueno, que lo fuese, vamos, digo yo. Hombre de fe, profunda religiosidad… y del
At. de Madrid. Ya se ve “hay gente pa tó”.
Llega el nuevo obispo a
una diócesis con más trabajo que muchas que llevan el titulo de archidiócesis”.
Una Costa del Sol en ebullición de personas con lenguas dispares sin que Málaga
disponga de sacerdotes bilingües; un interior – muy despoblado en la Serranía –
que busca la confluencia en la capital y en la costa desbordadas por muchos
costados. El seminario pide vocaciones y parte de la sociedad está inmersa en
el hedonismo. El mundo de las cofradía a quien hizo una llamada… O sea, señor
obispo, “que Dios reparta suerte”.
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