jueves, 22 de mayo de 2025

Una hoja suelta del cuaderno del bitácora. Diccionario del paisajes: El Tallista

 

 


Mayo, 22 jueves.

 

Hoy, si parece, nos adentramos por esos lugares que se ven desde la lejanía, pero que casi nunca nos acercamos a ellos. Unas veces, por pereza.  Se deja para otro momento; otras, porque quizá no esté próxima la mano que nos guíe…

Toma la carretera como si fueses al Valle de Abdalajís, o a Antequera, pero, no. Te vas a desviar antes. En Casablanquilla, a la derecha y sube por el arroyo. Enfrente, el Tajo de Galupe y la Panera; arriba, casi tocando el cielo La Zurriaga. Eso como sabes, un espejismo.

Puedes seguir, adelante. En la Haza Llana, desvíate. Vas a cruzar las cañadas de Valsequillo y la de las Caballerías. Cuando yo era niño, en este tiempo de finales de mayo, en las ensenadas de la Alcubilla, antes de llegar al arroyo de Pedro Latorre había muchos alevines de peces, que morían con el estiaje del arroyo… ¡Ya ves, cosas que pasan!

Un poco más adelante, a un lado, el Cerro del Cura. (Creo que un día te hablé de él. ¿Te acuerdas? Aquel que vendieron y pagaron en maravedíes según los pies de olivos…) Enfrente, el Molino de Calderón. En la corta, en el arroyo de Pedro Latorre una atarjea traía el agua, por su pie, hasta una alberca que usaban para lavadero y para riego de las pequeñas huertas del lugar...

Vas a ir a ratos por el arroyo (no te lo he dicho antes, es el Jévar, el que viene desde El Torcal y uno de los más importantes del término municipal de Álora. Las crecidas otoñales, temibles. Bueno, eso para otro día…

Ya casi has llegado, el cortijo de El Tallista está en el entronque del arroyo de Los Chinos o de la Atalaya con el arroyo Jérvar. Debe su nombre a Francisco Martínez Primo, escultor y dorador antequerano del siglo XVIII. Nació en 1715. En 1751 estaba en Antequera y labró la imagen de San Paulino según consta en acuerdo del Concejo de 18 de noviembre de ese año; doró el retablo mayor de la iglesia de la Encarnación de Álora a expensas del beneficiado don Tomás Estrada Brazas, que lo hizo venir desde su ciudad natal. Contrajo matrimonio, en Álora, en 1765 con María Anastasia Romero, que falleció en el año siguiente, dejando una hija. Casó en 1769 con María Ramos y de este enlace nacieron varios hijos. Hizo también el retablo del Beaterio de la Concepción. Su testamento se conserva en el Archivo Histórico de Antequera.



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