lunes, 19 de mayo de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. DISTRICT DESING (DISTRITO DE LOS CAPRICHOS)

 


Mayo, 19 lunes

No hay nada nuevo bajo el sol. Desde tiempos inmemoriales en todas las culturas algunas ciudades han destacado sobre otras. Unas, por su capacidad intelectual; otras, por su belicismo; las hubo, también que destacaron por su vida licenciosa o por dar riendas sueltas a sus caprichos.

Atenas, probablemente, sea la que mejor literatura tiene en la historia. El siglo V, conocido también como el siglo de Pericles, su gobernante que amparó el nacimiento de la Democracia, no como ahora la entendemos sino como en aquel que fue embrión que nos trajo hasta aquí. Allí nació la Filosofía, florecieron las artes, la arquitectura…

Esparta fue su antítesis. Era la ciudad del sacrificio. El espartano, -quizá su terreno pobre también le empujaba – era un ser parco, austero y luchador contra las ciudades cercanas y también y, era lo más importante, contra sí mismo.

En el otro lado del platillo pueden estar otras ciudades más alejadas en el espacio. La Biblia habla de Babilonia como una ciudad hedonista y amante del placer donde sus ciudadanos aprovechan las aguas del Trigis y el Éufrates para llevar una vida mejor que todos sus vecinos.

Habla también de las ciudades de lujo. Destacan por su riqueza, y aunque no todas, ciertas ciudades se mencionan por su abundancia de bienes materiales y su estatus social, que las convierte en ciudades de lujo. Entre ellas, Nínive, Corinto, Séforis y Tiberíades.

Nínive en el Antiguo Testamento se describe como una ciudad llena de tesoros con una abundancia de artículos valiosos. Está al norte de Mesopotamia – tierra entre dos ríos – y sus habitantes conscientes del lugar que habitan sacan el máximo provecho, sobre todo, de su formación militar. Se le atribuye ser los primeros en fabricar armas de hierro. Los hacía invencibles.

Corinto es una ciudad que aparece en el Nuevo Testamento, gracias a las cartas que san Pablo les escribe a sus habitantes. Corinto es una ciudad con dos puertos. La convertía en un importante centro comercial y, por lo tanto, con gran riqueza y actividad económica. 

Séforis y Tiberíades, en el tiempo de Jesús, se destacaban por sus casas de lujo, con ventanas amplias, triclinios y atrios para honrar a los invitados, demostrando la riqueza de sus habitantes. 

Dentro de la perversión Sodoma y Gomorra se llevan la palma. Sus pecados son tan horrendos que según cuenta el Genesis eran imposibles de redimir. Son destruidas con “azufre y fuego” debido a su maldad.  

Mas cercana, en la historia, Roma, la ciudad del desenfreno y las orgías. En nuestros días, Paris, Nueva York o Miami, paradigmas del lujo, del dinero y del capricho desenfrenado.



 

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