Mayo, martes, 13
Hoy es un día grande en
Portugal. He estado un puñado de veces por allí. Tantas, que no recuerdo cuando
fue la primera, pero de todas tengo pinceladas de eso que llamamos olvido y se incrusta
en el recuerdo.
Hace más de treinta años que
fui a Fátima la primera vez…; la última, cinco o seis. No hay palabras para
definir la impresión causada por la fe de un pueblo. Pueden o no entenderse
algunas cosas. La admiración y el respeto se impone. Queda un hálito flotando y
un porqué sin respuesta.
Era una añana de lluvia intensa;
barrizal intransitable. Al pie de Montemor o velho un hombre vendía gallinas en
una jaula. Se empeñó en vendérmelas. ¿Qué hacía yo con una jaula de gallinas en
medio de aquel lodazal? Salí victorioso; las gallinas, también. Se quedaron en
su jaula.
Verano; mediodía implacable.
Perdido entre pastos secos en el Alentejo me pregunto en voz alta ¿qué se me ha
perdido aquí? Como un resorte, saltaron Andrés y Paqui ¿eso, preguntamos
nosotros, ¿qué se nos ha perdido aquí? Mari Pepa me echó un capote de ángel. Se
puso de mi parte…
De Grándola, un recuerdo para
enmarcar. Grándola vila Morena era la canción señera. Ponía en marcha la
Revolución de los Claveles del 25 de abril. “Terra da Fraternidade”. Alojados
en Minas de Lousal. Decidimos ir a Grándola. Caía la noche. Al llegar al coche,
pinchado. Pasaba un hombre se interesó por mi desolación. Me dijo que iba por
un mecánico (desconfié) al rato, volvió. El mecánico se percató que no era un
pinchazo, el neumático estaba cortado. Me llevó al taller. Solo, a pesar de que
le dije, que me pusiese las dos ruedas, me puso una. El otro, me dijo, está en
buen estado. Me cobró lo que valía. Intenté dar una propina al buen samaritano
y el hombre me dijo: En aquella casa de la esquina vivo yo, si necesitan algo…
“Terra da fraternidade”
He entrado por Miranda do Douro.
Saramago decía que los peces pasaban de una orilla a otra bajo el puente sin
tener en cuenta las aguas internacionales; por Evora. Compré, en español, el Libro
del Desasosiego de Pessoa; por Alocutim antes de tener la tirolina; por
Rosal de la Frontera – puñetero reloj que delató a Miguel Hernández – ante el
aduanero; por Barrancos donde matan el toro en la plaza, por Ayamonte…
El Algarve, Cabo de San
Vicente, Alentejo, Sines, Sintra, Lisboa, Coimbra, Guimaraes, Aveiro, Nazaret, Braganza, Oporto
y la estación de San Bento, y… ¡ay, Portugal! ¿Por qué te quiero tanto?
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