Mayo, 2 viernes.
También lo llamaron el Papa “Bueno”.
¿Puede haber un Papa “malo”? Llegó, como un hombre de tránsito mientras
se posesionaban y buscaban uno que les conviniese a muchos y molestase a pocos.
Más o menos.
Pío XII lo había puesto
difícil. La elección no era cómoda. Optaron por un viejo de transición. Tenía experiencia
en el mundo de la Diplomacia: París y los Balcanes; conocimiento de las
comunidades ortodoxas avalado por sus desempeños en el polvorín balcánico;
pastor, que ahora regentaba una comunidad con mucha historia, pero venida a
menos como era el Patriarcado de Venencia. Roncalli, el apropiado.
Lo eligen y de entrada les gana
por la mano y convoca un Concilio – no había habido otro en un siglo -. Deja
fuera de juego a la Curia que empieza a poner pegas; él, a acortar fechas. El
11 de octubre de 1962 se inaugura… Todo, demasiando deprisa. La Iglesia se
abría a un tiempo que pedía el cambio. La plancha hirviendo se la deja al
sucesor - Pablo VI, hablaré otro día, otro de los tres grandes que he conocido.
¿El tercero? Ranzinger… También en espera).
De Juan XXIII he leído y visto
algo. Me quedo con tres anécdotas (De las Encíclica, o sea, su Doctrina, no
hablamos). Pasan los faustos del día de la elección. En la soledad del cara a
cara con su secretario Francesco Capovilla, le pregunta:
- Santidad ¿y ahora qué?
- Ahora, contestó, el Papa,
vamos a rezar el Breviario que todavía no lo hemos rezado hoy…
Ya en marcha el papado, el Kremlin
y el Vaticano buscan “un enfriamiento” Media el embajador de Cuba, un austriaco
que se apellida Blanco. En la curia se considera un escándalo. Recibe a Rada
hija de Nikita Kruschef y a su marido, dirigente del Partido, Adjubei…
- ¿Tiene ustedes hijos?, le
pregunta.
- Sí
- ¿Cómo se llama?
- Ivan…
- ¡Juan!, como yo, cuando
regresen a casa díganle que el Papa y él tienen el mismo nombre… Y dirigiéndose
a ella y “Dígale a su padre que cada día, cuando rezo el rosario, ruego por él,
para que entre los dos consigamos salvar la paz del mundo” (Dicen que Rada
salió con los ojos humedecidos).
Y, tercera. Jacqueline Kennedy
acude al Vaticano. Le llaman al orden; le dicen cómo debe comportarse… Al día
siguiente en la prensa americana una foto en portada. El Papa con los brazos
abiertos, cruza la sala:
- ¡¡¡Jacqueline…!!!
En plena crisis de los misiles,
octubre de 1962, se desgañita por la radio. Pide que los barcos soviéticos que llevan los
misiles a Cuba se den la vuelta… ¡Se la dieron! Sencillamente, el Papa Bueno.
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