viernes, 2 de mayo de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Papa Juan

 



Mayo, 2 viernes.

 

También lo llamaron el Papa “Bueno”. ¿Puede haber un Papa “malo”? Llegó, como un hombre de tránsito mientras se posesionaban y buscaban uno que les conviniese a muchos y molestase a pocos. Más o menos.

Pío XII lo había puesto difícil. La elección no era cómoda. Optaron por un viejo de transición. Tenía experiencia en el mundo de la Diplomacia: París y los Balcanes; conocimiento de las comunidades ortodoxas avalado por sus desempeños en el polvorín balcánico; pastor, que ahora regentaba una comunidad con mucha historia, pero venida a menos como era el Patriarcado de Venencia. Roncalli, el apropiado.

Lo eligen y de entrada les gana por la mano y convoca un Concilio – no había habido otro en un siglo -. Deja fuera de juego a la Curia que empieza a poner pegas; él, a acortar fechas. El 11 de octubre de 1962 se inaugura… Todo, demasiando deprisa. La Iglesia se abría a un tiempo que pedía el cambio. La plancha hirviendo se la deja al sucesor - Pablo VI, hablaré otro día, otro de los tres grandes que he conocido. ¿El tercero? Ranzinger… También en espera).

De Juan XXIII he leído y visto algo. Me quedo con tres anécdotas (De las Encíclica, o sea, su Doctrina, no hablamos). Pasan los faustos del día de la elección. En la soledad del cara a cara con su secretario Francesco Capovilla, le pregunta:

- Santidad ¿y ahora qué?

- Ahora, contestó, el Papa, vamos a rezar el Breviario que todavía no lo hemos rezado hoy…

Ya en marcha el papado, el Kremlin y el Vaticano buscan “un enfriamiento” Media el embajador de Cuba, un austriaco que se apellida Blanco. En la curia se considera un escándalo. Recibe a Rada hija de Nikita Kruschef y a su marido, dirigente del Partido, Adjubei…

- ¿Tiene ustedes hijos?, le pregunta.

- Sí

- ¿Cómo se llama?

- Ivan…

- ¡Juan!, como yo, cuando regresen a casa díganle que el Papa y él tienen el mismo nombre… Y dirigiéndose a ella y “Dígale a su padre que cada día, cuando rezo el rosario, ruego por él, para que entre los dos consigamos salvar la paz del mundo” (Dicen que Rada salió con los ojos humedecidos).

Y, tercera. Jacqueline Kennedy acude al Vaticano. Le llaman al orden; le dicen cómo debe comportarse… Al día siguiente en la prensa americana una foto en portada. El Papa con los brazos abiertos, cruza la sala:

- ¡¡¡Jacqueline…!!!

En plena crisis de los misiles, octubre de 1962, se desgañita por la radio. Pide que los barcos soviéticos que llevan los misiles a Cuba se den la vuelta… ¡Se la dieron!  Sencillamente, el Papa Bueno.

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