Mayo, 5 lunes.
Cuando
voy a comprar un libro primero escudriño: la letra. Éste, tiene una apropiada.
Puede ser un cuerpo 12 o doce y algo. A mis años, primordial, es legible.
Segundo, la literatura, fluida, oraciones simples, pocos adjetivos – los
precisos – y un hilo conductor que guía: Huele a hierba recién cortada. Es
un aroma que reconozco desde lejos…”; el papel no es satinado. Para los que
solemos leer de noche, pues eso…
Dani
Marín es de los que además de saber escribir, lo expresan con tal precisión que
no da puntadas sin hilo. Ha publicado: Superbasti, El Palo y gol. Ediciones
Algorfa 2025. No un libro más, no. Es una lección de vida de principio a
fin.
Basti,
jugador de fútbol y dejó en los campos su trabajo honesto y un hilo de simpatía
porque no era un estilista del cuento. El Málaga, Albacete, Xerez, San
Fernando, Ceuta y El Palo, supieron de él. Sobre todo, el Palo.
“Mi
historia comienza Las Cuevas. Un barrio dentro de un barrio. Con fronteras muy
marcadas y con una forma de vida mas acorde a la de un pueblo del interior con
vistas al mar”. Esto no
lo dice todo el mundo; tampoco sabe decirlo todo el mundo como lo dice este
maduro periodista con cara de niño que se llama Dani. (Todavía no ha completado
el nombre para ser Daniel).
La
lectura de este libro es un gozo permanente de principio a fin. La biografía la
cuenta – en primera persona, como tiene que ser –Dani (¡Y a mí que este hombre
me recuerda, en su manera, el aire de Chaves Nogales…!). Lo transcribe como
cuando era becario y lo mandaban a una rueda de prensa, pero ahora lo plasma
con la maestría de quien sabe por donde va el agua al molino.
Hace un
repaso en la vida de un jugador modesto y al terminar la lectura uno sabe que
sería modesto en cuanto a las categorías donde militaba los equipos donde él
jugó pero que de modesto no tiene nada. Refleja al hombre; mejor, voy a profundizar
más, retrata, si es posible, el alma de un hombre grande en cuerpo al que la
sociedad le debe mucho, mucho más de cuanto se le puede haber ofrecido en una
vida relativamente corta. Es aún muy joven. Un tipo al que a uno le gustaría
conocer más, y escuchar porque su mensaje es de los que deben airearse.
Gracias, a ambos, dos.
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