miércoles, 7 de mayo de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Venta Tendilla

 




Mayo, 7, miércoles.

 

Desde la distancia es un caserío de forma alargada a orillas del arroyo Jévar entre El Morquecho y Casablanquilla. Ni lejos ni cerca. Lo suficiente. La orografía obliga a dar un rodeo…

Linda al norte con la carretera del Vado del Álamo; a sol naciente, con los arroyos del Espinazo del Perro, ese que viene desde La Joya y Los Nogales, pasa por tierras del cortijo de los Cabritos y aguas abajo deja de llamarse arroyo de los Pilones y toma el otro, el de referencia canina. Ese. Lleva sus aguas cuando las trae, a modo de riadas, al Jévar que lo circunda…

Debe el nombre a la familia de este apellido afincada en Álora en el siglo XVI, a la que pertenecían Alonso de Tendilla, escribano público de la Villa en 1514 y Cristóbal de Tendilla ya muerto en 1561.

Lo atraviesa una realenga. Está datada el 12 de diciembre de 1778, en la época de Floridablanca, cuando se plantea por parte de la Hermandad Viñeros de Málaga el problema de dar salida a los vinos en los meses de invierno.

Se estudian  alternativas pero, en un principio, se desecha la de la Venta Tendilla que “iba por las ventas de Cártama y Tendilla llamada de Puerto Llano. Camino tan malo y penoso que ningún coche o calesa ajustada en la Corte quería pasar, ni en tiempo de verano, y menos en invierno en que las lluvias lo ponían intransitable”.

Si por “desconocimiento o precisión había de pasar, tenía que valerse de bueyes de las haciendas inmediatas para sacar los carruajes y en ambos tiempos se necesitaba hacer noche en la Venta Tendilla”.

“Estaba situada cinco leguas de Málaga y a 6 de Antequera de forma que siendo por la herradura solamente siete, por la carretera venían a ser once, y consiguientemente, dos las jornadas”.

El Catastro del Marqués de la Ensenada, a mediados del siglo XVIII,  dice “que en este término y jurisdicción hay de presente, como a distancia de media legua (de Álora), poco más o menos, una venta que llaman de Tendilla, en el mismo camino carretero que va a la ciudad de Antequera”

Dice: “es propia de don Juan Andrés Gamero, Cura parroquial de la ciudad de Marbella, que la tiene en arrendamiento Simón Evaristo al precio de mil seiscientos reales, y la consideran de utilidad, después de pagar la renta, cuatro reales en cada un día”.

Hoy, más historia que realidad…

 

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