jueves, 7 de abril de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Luz de primavera

 


      Foto. A.M. Ortega Acedo


Dice el hombre del tiempo que las borrascas dejan el Golfo de Cádiz y se van para el norte. Dice que no nevará en las latitudes bajas donde lo ha hecho estos días… Dice también que se van los fríos de estos días y la lluvia, y que al Sur vendrán los días luminosos de primavera.

Ahora llega el momento de disfrutar de la luz. La sagrada luz del Sur que por aquí tiene un encanto especial, como los ojos cuando rebosan alegría porque hay una fuerza interior que lo manda.

A ciertas horas del día, a media mañana, por ejemplo, cuando se abre paso entre las nubes, deja entrever un cielo azul, limpio, como si los ángeles anduviesen de servicios y con sus plumeros limpiasen el polvo porque hoy toca vestirlo de nuevo.

La luz aparece tamizada, predispuesta a regalar toda la belleza que lleva dentro y, a su modo y manera, dejará entreverse para regocijo del campo, de las flores, de la yerba nueva nacida estos días atrás cuando el campo le dio la bienvenida a la lluvia.

La luz cambia varias veces a lo largo del día. Fue un suspiro incipiente cuando roto el lubricán anunció que venía el alba y se iban la noche y las nieblas y la oscuridad. Los ruiseñores que son los pájaros que se levantan más temprano dijeron, sin decirlo claro, que ya estaba aquí el nuevo día.

En el cenit del medio día, nos da una lección de humildad. Todo está como más desvaído, con menos relieve. Nos quedamos más pequeños ante el empuje de la luz entronizada en el cielo.

Luego, cuando llegue el crepúsculo, ella sin quererse ir, se irá yendo y antes de que llegue la noche, nuestras sombras, como figuras escapadas de un cuadro del El Greco, serán alargadas, desgarbadas, sin la simetría que tenían un rato antes y todo será un poco más distorsionado.

La luz, la sagrada luz del sur, está con nosotros y según en qué momento es de una intensidad o de otra, por eso a media mañana, cuando a los angelitos les toca limpieza en cielo, hay un espolvoreo de nubes para dejar que sea ella, solo ella la dueña de todo lo azul que, en estos días, en que se abre paso la primavera, tiene el encanto especial de lo más bello, de lo único…

 

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