Amanecer en el mar
26 de abril, martes. El otro día mi amigo Bartolo
citaba a alguien – no sé quién – que afirmaba aquello de “dale tareas al que
tiene muchas, que te las resuelve”. Tengo que discrepar cariñosamente con él.
Uno puede lo que puede y hasta donde puede. Ya se sabe aquello de “el dorado
está siempre un poco más allá de donde podemos llegar”.
Este fin de semana, el maestro
Abel Moreno ha pregonado a la Virgen de Flores en Encinasola, su pueblo, su
Virgen de Flores, nuestra Virgen de Flores. Tengo muchas deudas de gratitud con
el maestro. Debería haber estado allí… ¿Ves Bartolo?, eso de las muchas tareas,
a veces te deja en la cuneta del camino y no puedes estar donde el afecto te
tenía marcado. Claro que Fermín propiciará el reencuentro, aquí o allí. Da
igual, el camino lleva o trae según se ande.
Un amigo esta mañana, casi a
las claras del día, escribía: “Si alguna vez en vuestro íntimo dominio sentís
la gran desazón del tiempo quemado, abrid la ventana y preguntad al viento, al
reloj, a las estrellas, a las olas… a todo lo que huye o muta cómo salir de
esta situación. Y todos los preguntados al mismo tiempo te responderán:
libérate, embriágate de luz, de amor, de recuerdos, de belleza de alegría, de virtud...
de lo que quieras, pero no dejad vuestras almas quietas, inmóviles…”
Ha volcado el día en que los
portugueses pusieron claveles en los cañones de los fusiles. ¡Grandola, vila
morena! ¡Tengo tan buenos recuerdos de la ciudad y de la gente que me ayudaron
en un entuerto al atardecer, que me quedo sin palabras y solo agregaría, además
de ‘morena’ ¡Grandola solidaria! Grande, grande, en su pequeñez dentro del
Alentejo.
Y digo yo. ¿No hay nadie que le
diga a Putin que a lo mejor con claveles en los fusiles no se produce tanto
dolor y al igual se arreglan mejor las cosas? Uno que es un iluso, piensa
muchas veces en la buena voluntad de la gente.
Si usted viaja en el mismo barco y me lo permite, ni vea telediarios y
lea los periódicos. Las noticias son demoledoras. De verdad que cuesta creer
que en el alma de un ser humano anide tanta crueldad… Por cierto, el campo de
cine. También era de cine Hitchcock y ¡miren el miedo que nos metía…! No es el
caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario