3 de abril, domingo. El hombre, rechoncho, bajito y
con los ‘michelines’ pasados de rosca,
tenía una conversación afable, discreto y la sonrisa siempre en la cara.
Sentado en la puerta de su casa, asistía al paso de las horas como los juncos
de la orilla ven el paso del agua del río camino de la mar.
En las horas cálidas, en la
recacha de la esquina, su paz de vez en cuando, se veía rota por el ruido de
los motores de los aviones que reducían la velocidad ante la proximidad del
aterrizaje.
El aeropuerto de Málaga en
línea recta, o sea en el trayecto que siguen las aeronaves para tomar tierra,
está a solo cinco minutos desde que se ve en la vertical del cielo hasta que
está rodando en pista… Sabía que los aviones, por los colores del fuselaje, eran
de compañías diferentes, aunque no conocía sus nombres.
-
Mariano, le dijo un día un vecino, estás
distraído, porque lo que es ruido no te falta…
-
¡Qué va hombre! Y además, agregó, eso de que un hombre pueda
volar es algo grande, ‘mu grande…’
-
Y tú… y le indicó con un gesto de la mano la
posibilidad de volar….
-
Sí, una vez fui a Palma de Mallorca. Me sacó mi
yerno el billete y fui a verlos. En mitad del camino, aquello comenzó a moverse
– dicen que eso es una turbulencia – yo me agarré con todas mis fuerzas, y pasó,
pero ¡qué rato más malo!…
Y el vecino le contó de otro,
cuando vino la moda de ir a Cuba, que su mujer que era la que mandaba, quería
que hiciera carrera en el partido. Él entonces, estaba muy metido en política y
era necesario para hacer carrera… No tenía muchas ganas de viaje, pero fue...
En un momento sobre el Atlántico, el avión se movía y se movía… En su
desesperación, apretó los dientes y por bajo le dijo a la parienta instigadora
del viaje:
-
“Como
esto se caiga y yo me ahogue, te ahorco y te ahorco y te quedas ahorcada…”
En el cielo azul, apareció en
la lejanía algo metálico que volaba. Se incrementó el ruido. Se acercó. Al
pasar sobre sus cabezas distinguieron los colores de la compañía escandinava Norwegian.com que vuela varias veces, en
el día a Málaga. Y entonces, Mariano dijo:
-
Po anda
que el del pico colorado no da viajes ni ná….,
No hay comentarios:
Publicar un comentario