19 noviembre, viernes. Noche
ventosa. A Eolo se la ha desbocado el caballo. Han crujido las maderas de los
quicios de las ventanas. Temporal de Levante y olas de cinco metros. Lo dicen
los servicios informativos de las radios mañaneras. Ni una gota de agua. Ya se
sabe, aquí con Levante es lo que toca.
Me
levanto temprano. La radio trasmite malas noticias. Últimamente las radios dan
más malas noticias que buenas. Un
avión con pasajeros retenido en el aeropuerto
de Barcelona. Piden asilo político. Vienen de un país árabe. Huyen del miedo,
de la miseria y de la guerra. ¡Este mundo es un asco! Otro avión está apartado,
en un extremo, en el aeropuerto de A Coruña por
amenaza de bomba (luego resultó falsa, la alarma no, la bomba). Venía de
Bilbao. Tripulación y pasajeros, en una sala especial esperan,
después de la inspección, que la Policía les entregase sus equipajes.
Arrecian
las protestas en el convenio del metal en Cádiz. El alcalde se suma ¿saben
alguien que interés le mueve? La situación de los trabajadores me temo que,
como que no. El refrán lo dice: “A río revuelto...” Y como va de refranes: “Los
vareaores de San Andrés, si no vienen
antes, vienen después” ¿Tendrá algo que ver con esto la noche tan ventosa?
Salgo a
la calle. Los comentarios giran en torno a la noche desapacible y al aire que
hace que vuelen las hojas de los árboles.
Los bosques – yo siempre me pierdo en un bosque de ensueño, de fantasía, encantado,
ese no – también se despojan de sus hojas. Un aire fresco da en la cara, pero
no gusta. Las cafeterías que tienen mesas en las aceras, las que están a
resguardo del aire, ocupadas. Las que no, vacías. Es normal.
Un
grupo de turistas va por la calle. Es gente de edad madura. Va hacia la parte
histórica. La persona que los guía lleva una banderita para que puedan
divisarlo. Van agrupados. Seguro que no se pierde ninguno. Hoy hace día para ir
agrupados, juntos. Quizá entrar el museo sea una manera de resguardarse. En la
explanada del Castillo debe soplar... La gente camina por las aceras soleadas. En
la recacha se están bien. Se columbran las nubes. Esas nubes van a alguna
parte. El cielo, el poco cielo que se ve esta mañana está azul…
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