viernes, 19 de noviembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Temporal

 


19 noviembre, viernes. Noche ventosa. A Eolo se la ha desbocado el caballo. Han crujido las maderas de los quicios de las ventanas. Temporal de Levante y olas de cinco metros. Lo dicen los servicios informativos de las radios mañaneras. Ni una gota de agua. Ya se sabe, aquí con Levante es lo que toca.

Me levanto temprano. La radio trasmite malas noticias. Últimamente las radios dan más malas noticias que buenas.  Un avión  con pasajeros retenido en el aeropuerto de Barcelona. Piden asilo político. Vienen de un país árabe. Huyen del miedo, de la miseria y de la guerra. ¡Este mundo es un asco! Otro avión está apartado, en un extremo,  en el aeropuerto de A Coruña por amenaza de bomba (luego resultó falsa, la alarma no, la bomba). Venía de Bilbao. Tripulación y pasajeros, en una sala especial esperan, después de la inspección, que la Policía les entregase sus equipajes.

Arrecian las protestas en el convenio del metal en Cádiz. El alcalde se suma ¿saben alguien que interés le mueve? La situación de los trabajadores me temo que, como que no. El refrán lo dice: “A río revuelto...” Y como va de refranes: “Los vareaores de San Andrés, si no vienen antes, vienen después” ¿Tendrá algo que ver con esto la noche tan ventosa?

Salgo a la calle. Los comentarios giran en torno a la noche desapacible y al aire que hace que  vuelen las hojas de los árboles. Los bosques – yo siempre me pierdo en un bosque de ensueño, de fantasía, encantado, ese no – también se despojan de sus hojas. Un aire fresco da en la cara, pero no gusta. Las cafeterías que tienen mesas en las aceras, las que están a resguardo del aire, ocupadas. Las que no, vacías. Es  normal.

Un grupo de turistas va por la calle. Es gente de edad madura. Va hacia la parte histórica. La persona que los guía lleva una banderita para que puedan divisarlo. Van agrupados. Seguro que no se pierde ninguno. Hoy hace día para ir agrupados, juntos. Quizá entrar el museo sea una manera de resguardarse. En la explanada del Castillo debe soplar... La gente camina por las aceras soleadas. En la recacha se están bien. Se columbran las nubes. Esas nubes van a alguna parte. El cielo, el poco cielo que se ve esta mañana está azul…

 

 

 

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