Entraba por el camino racheado
y suelto, desbocado. Arrastraba las
hojas sueltas, caídas de la parra. Soplaba a ratos con fuerza. Dice el hombre
del tiempo, que viene del norte. O sea, frío y seco; azul el cielo (quizá lo
único bueno que tiene). No deja que se aposenten las nubes y eso, ¡ay, Dios
mío! Eso significa que ni una gotita de agua, con la faltita que nos hace.
Cuando baja por la chimenea
hace sonidos extraños, raros, como de otro mundo. Uno no sabe si es una manera
que tienen los diablos del infierno de decir que están ahí, donde no se ven
pero que se sienten y se presentan enmascarados, como a caballo del viento.
Hay otro viento. Yo no sé si es
ese que dicen que es la manera como se muestra el Espíritu Santo. Quieren que
soplen vientos de renovación en la Iglesia. Quiero decir en la Iglesia de Roma,
donde desde que llegó el Papa Francisco, entró una corriente de aire – el viento
es otra cosa – y no sabemos si es porque no lo dejan o porque no puede, lo
cierto es que aquellas esperanzas que surgieron con su llegada, se han
desvanecido como las hojas del camino, a no sabemos dónde.
Acaba de nombrar el Papa, a una
mujer para lo que dicen que es el segundo puesto en importancia, en el
Vaticano, algo así como el número ‘dos’. Es mujer – la cosa apunta bien – es
franciscana – la cosa despierta ilusión – y es relativamente joven, con la
experiencia que dan haber superado los cincuenta años.
El refranero español que sentencia
de una manera, en ocasiones irrefutables, dice que “en nidos de antaño no hay
pájaros de hogaño”. O lo que es lo mismo: alguna idea nueva y menos odres
viejos, si no se pide mucho…
Un poeta que no lo pasó nada
bien en esta vida, Miguel Hernández, escribió: “Vientos del pueblo me traen /
vientos de pueblo me llevan” El
pueblo quiere vientos nuevos. Algo que cambie la inercia viciada. El
aburrimiento, la rutina, la casi farsa oficializada…A lo mejor no tiene que
venir como el viento fuerte que es molesto y aturde. Mejor como la brisa, renueva y es agradable. Pero que no sea
un sutil arrullo. No. Algo con más pinta de viento que se lleve tanto plástico
y papeles viejos. Ustedes me entienden ¿verdad?.
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