sábado, 13 de noviembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. San Diego y otras cosas

 

                                   


13 de noviembre. Trabajo un rato en el campo. Nada. Insignificacias. No hay quien apure las matas de conizas. Se arrancan con las manos y como la tierra está tan seca, cuesta un esfuerzo grande. Han florecido las semillas. Eso quiere decir que el año que viene volverán a nacer casi con el mismo brío que éste. Alguien afirma que no existen las malas hierbas. Ese sabe de campo lo que yo de astrofísica.

Sin modificaciones en cuanto a la posibilidad de lluvia. Cuatro telarañas de mala muerte en el cielo. El sol un poco más tibio, pero de lluvia, nada. Comienzan a saltar algunas alarmas. Los pantanos están bajo mínimos. No han corrido ni arroyos ni cañadas. Se ha ahondado los veneros. El agua de los pozos, cada día que pasa, a más profundidad.

Al mediodía me he acercado al centro. Hay bullicio. Gente que va y viene. Parece que se reactiva la vida. La gente compra y lleva bolsas en las manos. Algo ha caído en alguna caja registradora. Bueno, ahora, desde la pandemia se paga mucho con tarjeta. Me parece una buena idea. A lo mejor puede ser el inicio para ir acabando con el dinero negro.

Tomo una cerveza. Hacía tiempo que no compartía un rato con los amigos. No se pueden perder las buenas costumbres. Cada día cuesta más adaptarse a ir con la mascarilla puesta. Parece que falta la respiración. Un amigo me dice que la gripe el año pasado no pegó tan fuerte gracias a que íbamos embozados. He llamado a varios ‘Diegos’. Hoy es su onomástica.

Las noticias en la televisión confirman el pronóstico de ayer y el de anteayer y el del día anterior…, o sea gresca entre los políticos. Pienso si esta gente es consciente – probablemente, no – de la hartura que tenemos los ciudadanos de algunos vividores del sueldo fijo. ¿Creen acaso que los vamos a valorar más por vendernos esa burra?

El alboroto del Congreso da pena. Los niños de la calle tienen más sentido común. ¿Pensarán alguna vez en el pueblo llano, ese que formamos la gente común… Los periódicos digitales dan cuenta de un montón de escándalos y no sé cuántas cosas más. Deprime esta situación. Echo mano a la lectura. Me enfrasco en Chaves Nogales. Uno como en una ocasión, le dijeron, admite que es un tanto rarito…

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