viernes, 12 de noviembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Un día culquiera

 



12 de noviembre. Día soleado y cielo limpio.  No quiere llover. En otros lugares el exceso de agua ha hecho daño; aquí, su falta. A primeras horas hay algo de movimiento por las calles. Hemos decidido ir a La Rambla. La carretera, un poco cargada. Tomo el desvío hacia el Valle del Abdalajís…

Pasado el Valle, la primera gran sorpresa de la mañana. Un grupo de hombres trabaja a pie de carretera. ¡Están suprimiendo algunas curvas! El muchacho que me obliga a detenerme para dar paso a los vehículos que vienen en sentido contrario, me dice que van a eliminar ¡dos!… Creo que eso es algo tan novedoso que cuesta creerlo.

El campo está seco. Tremendamente seco. Reseco. Ni una matita de hierba. Los barbechos ya están sembrados. No ha nacido ni un solo grano. La tierra no alberga ni el mínimo de humedad para que germinen las semillas… No han corrido ni arroyos ni cañadas. ¡Qué ruina, Dios mío!

Llego a Antequera  - se ve que va la cosa va de obras - a la altura de San Juan,  un par de máquinas limpia la cuneta de la margen izquierda. Algo debe estar tramándose por las alturas. ¿Dos arreglos en la misma carretera y el mismo día? No sé, no sé. ¿A qué esto es sospechoso, verdad?

La autovía de Córdoba va cargada. Hay mucho tránsito de vehículos. El puente sobre el Genil, por Benamejí, antes de Encinas Reales, acongoja un poco y sobre todo si hay que adelantar un camión de gran tonelaje. Me acuerdo de María Dolores Pradera. No se bambolean las barandillas del puente, afortunadamente.

Lucena crece y crece. Monturque está recostado a las falda de un montículo; en la lejanía, Cabra y Rute. Las viñas pierden el color verde de los pámpanos. Es otoño. El campo, de color cobre. Aguilar – por donde ya no se pasa – se asoma por las traseras a la autovía, y Montilla se alarga y se alarga. Ahí reposa san Juan de Ávila. “Apóstol de Andalucía / el clero español te aclama / y al despertar de …. ¡Qué tiempos!

La Rambla tan industrial, tan en su papel, tan acogedora, me ofrece lo que voy buscando. ¿Sabe usted, me dicen en “El Borrachito”, que aquí tenemos un Nazareno de Juan de Mesa? Sí. Juan de Mesa era cordobés y se hizo grande, muy grande en Sevilla…

 

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