Depende del camino escogido,
por ‘calabazas’ se entienden varias cosas. La negación para conseguir un
objetivo amoroso, las consecuencias de un mal examen, algo comestible en el que
no se ponen de acuerdo de si fruta o verdura, una exhibición, consecuencia de
eso de mal gusto que nos imponen desde otros lugares, cada día con más fuerza,
o una ayuda como instrumento musical en algunas culturas.
Cuando el rechazo para la
consecución del objetivo amoroso era algo evidente, el acervo popular afirmaba
que le habían dado ‘calabazas’. Una manera muy gráfica de escenificar algo
imposible. Tampoco era de buen agrado ver en el tablón de anuncios donde se
publicaban la notas o en la papeleta de examen, la palabra ‘suspenso’. Era
sinónimo de ‘calabazas’.
Los botánicos afirman que los
ovarios contienen las semillas, mientras la verduras se obtienen de cualquier
otra parte de la planta. Siendo así, entonces se admite que la calabaza es una
fruta y no una hortaliza como comúnmente se afirma.
Desde la Edad Media, en Europa
en la noche de difuntos, se admitía que los muertos – de manera oculta –
paseaban junto a los vivos. Su presencia no se veía físicamente pero se
presentía. Era una manera de conectar el mundo de los muertos con el de los
vivos. Surgían leyendas de apariciones y sensaciones raras entre nieblas y
penumbras, el miedo ante lo desconocido, patente.
En la cultura irlandesa, Jack,
un granjero tacaño logró engañar al mismísimo diablo y la noche de su muerte
vagaba en la oscuridad. Pidió un nabo (primo hermano de la calabaza) donde
introdujo una luz para alumbrarse… Eso dio origen a la calabaza iluminada para transitar
por las noches de misterio y miedos
Desde hace unos años, Halloveen
(jalogüín, para los amigos) se ha
introducido en nuestra cultura. Ha desplazado la evocación del Tenorio y la
celebración de la noche anterior del Día de los Santos, cuando en realidad lo
que tendría que celebrarse es la noche de Difuntos. Antiguamente, las campanas
en las iglesias de los pueblos doblaban como recuerdo a los ausentes y en
algunas casa se encendía mariposas hasta su extinción… Eran otras costumbres.
La calabaza – en algunos sitios
la usan, incluso como instrumento musical
- ha sido, con su piel dura, su pulpa dulzona, sus grandes propiedades
para las salud y muy baja en calorías,
uno de los símbolos de estas expresiones culturales.
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