martes, 3 de agosto de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Río de ensueño

 

 

                                     


Ese río de ensueño que baja con aguas tranquilas a entregar su tributo al mar, a fundirse como solo pueden hacerlo los ríos  cuando llegan a su sitio, o sea a la inmensidad que aguarda, es algo que deja muchas preguntas sin respuestas y muchas  respuestas a interrogantes que no se pronunciaron ¿Será el mismo río en Cazorla que en Sanlúcar?

Tiene el río en algunos puntos de su orilla, bosques encantados llenos de misterio y ungüento. Son olivos alineados, como esos ejércitos imaginarios que presentan armas cada mañana cuando apunta el alba al general que lo escudriña todo, que llega a todos los rincones y que, cuando se duerme la tarde, manda “descanso”, para volver mañana a repetir la misma canción.

En el horizonte, conforme baja, se difuminan otros bosques. Son bosques de aromas mediterráneos. Jara en primavera y olor a berrea y vida en las noches otoñales de Sierra Morena que casi lo ve nacer y morir pero, que al principio y al fin, casi conscientemente se retira, se aparta con cortesía y lo deja solo para las dos cosas más importantes que se pueden hacer: nacer y morir.

Baja luego entre campiñas, con olor a rastrojo segado. Lomas onduladas que por las noches le hablan de tú, como a viejas conocidas, como damas de otros tiempos, de los tiempos de siempre, a las estrellas que palpitan en la oscuridad…¿Dios mío porque todo lo grande que Tú creaste siempre está en la oscuridad?

Y, entre perfumes embriagadores, y verdores de naranjales, el río que dejó atrás Córdoba, - dijo el poeta que ‘romana  y mora’ –  llega a Sevilla… la que veía los barcos venir desde ¿las Antillas? ¿Desde el otro lado de América? ¿Desde…? Sevilla era punto y destino de un camino que siempre anhelaba sin conseguirlo, dormirse en el bosque embrujado de un sueño.

No quiere irse el río. Se para, se queda como extasiado cuando entre Coria y la Puebla espera esa media de Morante – fantasía de encaje blanco que oculta otro bosque - para que sigamos pensando que hay milagros que son regalos que solo los hacen quienes pueden hacerlo. Me pregunto una, dos, más veces ¿Será el mismo río en Cazorla que en Sanlúcar?

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