No tenemos bastante con que nos
pinten el mapa de rojo por la calor. No hay suficiente con las estadísticas de
contagios, hospitales llenos y gente que se nos va con el dichoso virus. No
hemos llenado todavía el cupo de sorpresas con lo de la luz…, y vienen ahora y
nos anuncian un tsunami.
Sí. Dicen que lo puede originar
la falla Averroes, que yo sí sé, más o menos quien era, pero de la falla, ni idea. Los que saben, explican que está en el
Mar de Alborán, ese que no se conforma al parecer, con ser el mayor cementerio
azul del Planeta, sino que además, se pone una vestimenta como el Coco con el
que nos asustaban.
Han hecho público para que
nadie alegue ignorancia, que las olas pueden alcanzar hasta los seis metros de
altura y que en un tiempo muy breve, cuestión de minutos, podría llegar a las
playas de Andalucía y a las de enfrente, a las de Marruecos. O sea, lo que
faltaba, además de medusas, de gente ensuciando y de algún que otro bicho
marino que se presenta sin avisar, se nos pueden venir olas gigantes con las
ideas de un cable caído.
Hoy día de la Virgen de Agosto,
cuando se organizaban trenes ‘botijos’ que venían de Córdoba con la gente a la
playa, con la cesta de palma, la tortilla de papas emborrizada en arena y una
sandía refrescada en la orilla, recuerdo aquella canción de los discos
dedicados, Mirando al mar.
Jorge Sepúlveda aquel
valenciano que se hizo mallorquín, que no se llamaba ni Jorge ni Sepúlveda sino
Luis Sancho, popularizó algunas canciones que hoy no están de moda: Mirando al mar, Dos cruces, Santander…
Decía Jorge, que era como él
quería que se le llamase (Luis fue el sargento republicado herido en la guerra
que había pasado por el campo de concentración de Albatera), que “mirando
al mar (¿Y quién, no, maestro) soñé / que estabas junto a mí / mirando al
mar, yo no sé qué sentí / que acordándome de ti, lloré”.
Es ese mismo mar placentero de
las tardes de mayo, con el Atlas allá a lo lejos. Es ese mar azul, bellísimo
desde la barandilla de Gibralfaro entre buganvillas y olor a pinos…, es ese mar
que ahora es una amenaza, que en cualquier momento…. ¡Ojú!
Buenas noches. Genial
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