viernes, 13 de agosto de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Un paraíso y algo más

 

 

            Nacimiento del Río Borosa (Sierra de Cazorla. Jaén)

 

“Jaén levántate brava / sobre tus piedras lunares / no vayas a ser esclava / con todos tus olivares”. Lo dejó escrito Miguel Hernández. Nadie lo ha rebatirlo desde entonces. Es una verdad que asombra.

Lo está pasando mal Jaén en su economía. Las cifras hablan de una débil inversión en campos estratégicos. ¿Consecuencias? Paro y emigración. La minería y la industria de Linares ha pasado – y pasa – por una situación oscura. La agricultura es casi su aceite. Alguien dijo que el mejor del mundo. Da igual. No es cuestión de comparar, sino de gestionar la salida de ese oro que brota del olivo.

De su tierra brotan también algunos ríos, el más importante, el Guadalquivir. En la escuela cantábamos: “el río Guadalquivir nace entre las Sierras de Pozo y Cazorla, provincia de Jaén, pasa por…”  y el río seguía su curso en la cantinela infantil y entre la orografía de un mar de olivos, buscando otro mar, el mar que está más allá de Coria y La Puebla, y la marisma donde Villalón quería criar toros con ojos verdes.

Otro río, el Segura nace en Pontones, Santiago de la Espada, para quienes gusten de jugar con los nombres, en la Sierra que le da nombre, y luego se va para tierras de Murcia y antes se abre paso por las estribaciones de la Sierra de Alcaraz, y deja atrás El Pontarrón y Ayna y….

El río Borosa es el más humilde de todos. Su nacimiento, bellísimo. Su recorrido, como todo lo bueno, breve, muy breve. Solo once kilómetros antes de entregarse al Río Grande aguas arriba del Pantano del Tranco, donde Félix Rodríguez de la Fuente filmó aquellas escenas de berrea en otoño… Uno sigue soñando con bosques frondosos y enigmáticos en noches de embrujo.

El río, pequeño, modesto, va entre boj; pinos carrascos, resineros, salgareños…; encinas; sabinas, y ese endemismo de la Cerrada de Elías, una planta carnívora, la ‘atrapamoscas’. En sus aguas cristalinas nadan las truchas…

Se agarran al turismo. Jaén se autodefine como “Puerta de Andalucía” o como “Paraíso interior”. Desde luego, sus pueblos tienen mucho de arte (el Renacimiento tuvo posada y fonda en Úbeda y Baeza) y sus sierras tanto misterio, que don Antonio Machado vino a cantar: “Desde mi ventana, /campo de Baeza, / a la luna clara /¡Montes de Cazorla, / Aznaitín y Mágina! / de luna y de piedra/ también los cachorros / de Sierra Morena”.

 

 

 

 

 

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