No es un lobo sumiso como los
que mostraba Rodríguez de la Fuente, ni un lobo amable como ‘Calcetines’ que acompañaba en las
praderas de Dakota, al Tenienete Dunbar
(Kevin Conster) en Bailando con
lobos. No. Este lobo tiene colmillos.
Dicen los expertos (tóquense la
ropa) que el cambio climático empuja con fuerza. El Planeta Tierra, ese lugar
como una bola azul, que vieron desde el espacio los astronautas, tiene las
dentelladas en su piel.
¿De qué color lo van a ver
dentro de unos años desde las alturas? Dicen que vamos camino del desierto y en
este caso puede ser gris, muy gris.
Los incendios arrasan hectáreas
de bosques con una voracidad inusitada. Todo aparece desolado y negruzco cada
vez que los bomberos logran detener las llamas. Ahí pueden aparecer dos
colores, los dos feos, negro y marrón.
Según los informes, en la
vanguardia de choque está el Mediterráneo. Menos lluvias, y las que vengan
serán torrenciales, y entonces – con la enorme desforestación – los arrastres
de tierra fértil serán tremendos y las inundaciones temibles. Arrasarán zonas
hasta ahora salvadas de esas amenazas.
Hay algo más, el calor. Alguien
en mi pueblo dijo, que cuando las temperaturas en verano se suben más de la
cuenta hace calor, pero cuando superan los cuarenta grados centígrados, que es como
nosotros medimos, entonces el calor, cambia de género y decimos que ya está
aquí ‘la calor’.
Dicen los que saben, que para
dentro de unos días una ola de vientos que vienen desde el Sahara, traerá
temperaturas muy altas. Anuncian que se superarán las cuarenta y cinco grados.
Eso, en imágenes en los telediarios, se traduce en calles desoladas y gente
refrescándose en las fuentes.
No es una ola pasajera de un
puñado de días. Lo está haciendo de manera descarada: casi no llueve cuando
debe, inviernos gélidos con nevadas intensas como nunca antes se había
conocido. En otros lugares, la sequía se ha alargado tanto, que el planeta está
arrasado.
Es probable que los que tiene
que tomar decisiones están discutiendo entre sí, que si serán galgos o
podencos. Nosotros asistimos impotentes a algo que nos va a sobrepasar y va a
dejar el planeta para que le busquen un nuevo color. Los que hay ahora, puede
que no le vaya a cuadrar ninguno. Estamos a tiempo, pero me parece que queremos
seguir bailando con el lobo.
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