El pueblo llano, el que conoce los nombres de sus vecinos, el que sabe qué tiempo va a hacer con solo ver de dónde sopla el viento, el que sabe del calor en verano y del frío en invierno… ese, la llama, la Plaza.
Luego, le han venido apellidos. Primero, Plaza Baja. En contraposición con otra que existía, Plaza Alta, en la Avenida Romero Robledo, desaparecida, y absorbida por la Fuentarriba, al desaparecer el convento de las Monjas.
Después, Plaza Baja de la Despedía. Años finales del XX. La Corporación Municipal en respuesta a la solicitud de la Real y Sacramental Cofradía de María Santísima de los Dolores Coronada y Soledad evocando la efemérides de la Despedía, que cada mañana del Viernes Santo, llevan a cabo las cofradías de Jesús y de Dolores.
Su antigüedad se remonta inmediatamente posterior a la Conquista cuando el pueblo comenzó a extenderse por la vertiente norte del cerro de las Torres. Hay Escritura de 1536 que da fe de la existencia de una huerta en sus cercanías. Durante los siglos XVI y XVII sufrió una gran transformación a causa de las construcciones llevadas a cabo.
En la esquina con la calle Benito Suárez, entonces Bermejo, se construyó el Hospital de San Sebastián; en la esquina con la calle Ancha, la Casa Capitular, los graneros, el alfolí de la sal, la carnicería y la cárcel pública. Por último, en el siglo XVII se construye, en su lateral norte, la parroquia de la Encarnación, cementerio, cilla decimal, casa para los sacristanes y otras dependencias.
En el siglo XIX, en plena Guerra de la Independencia, el 11 de abril de 1811, Antonio Segovia – condenado a patíbulo al terminar la guerra en Granada - asesinó a Vicente García Gomara, en la puerta de su casa, en el número 8 de la Plaza. Había sido nombrado corregidor el 20 de marzo ante la negativa de aceptar el cargo ningún vecino. El corregidor había intentado mandar oficio al jefe francés de Cártama, informando de la presencia de la partida.
En 1812 se
le llamó de la Constitución. Es cuadrilonga e irregular. En ella desembocan las
calles Atrás, Benito Suárez, Postigo,
Ancha y Toro. De ella parte el cañada de la Tenería que corre por los patios de
las casas de la calle de Atrás y por el Tajo de la Quera hasta desembocar en el
río Guadalhorce.
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