Faraján no está donde Cristo dio
las tres voces, pero casi. Faraján está donde los vientos del Estrecho juegan
en el recreo, entre Júzcar y Cartajima,
en la Serranía de Ronda, en el Valle del Genal. La vegetación, exuberante:
quejigos, castaños, encinas y alcornoques. Con sus bellotas se cría, en
montanera, el cerdo rubio dorado gaditano.
Palabras mayores en la gastronomía. ¡Palabrita del Niño Jesús!
Su nombre viene el árabe y
significa lugar deleitoso o alegre. No lo sé, pero los dos le cuadran. Después
de la conquista, se abandonó, fue repoblado y en la Guerra de la Independencia
tuvo un comportamiento valeroso.
A Faraján se llega por varios
caminos: desde la Carretera de Algeciras por Alpandeire, el pueblo de fray
Leopoldo que ya está en los altares por su vida de santidad, y Júzcar, ese
pueblo que por tener cosas bonitas hasta tiene un restaurante con el nombre de
‘montichelli’ y que se empeñaron en
pintar de azul por mor de un esnobismo que se imponía desde fuera.
Se puede ir, también por
Cartajima, el pueblo más alto, al menos eso dice la Guía que yo llevaba de la
provincia de Málaga. La carretera, casi llana, tiene muchas curvas y es tan
estrecha que en ocasiones cuesta el cruce con otro vehículo que venga en
sentido contrario.
Hay una tercera. Para mí la más
sugerente. Viene por la otra ladera del monte, o sea, por la carretera que va
desde Igualeja (Parauta, se queda en tierra de nadie, aunque algunos dicen que
Omar Ibn Hafsun, el héroe de Bobastro nació en el castillo de Auta… En fin, ¿lo
dejamos para otro día?) y Pujerra, que yo siempre dudo si escribirla con ‘g’ o
con ‘j’.
Antes de llegar a Pujerra, a la
derecha, la carretera baja como quien se despeña vertiginosamente hasta el río
Genal. Agua limpia, cristalina, ejemplo de lucha de muchas personas por
conservar una naturaleza única. Y tal como ha bajado, tras cruzar el río,
comienza la ascensión al pueblo.
En la Guerra de Granada por
Faraján pasaron tropas cristianas. Las mandaban don Antonio de Luna y el Duque
de Arcos. Una lápida sobre el pilar lo recuerda: “En esta fuente abrevadero de
“allá arriba” bebieron el 16 de septiembre de 1568 las tropas de D. Antonio de
Luna y el Duque de Arcos durante la Guerra de Granada. (Restaurada en 1923 y
2020).
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