Llevamos un tiempo
desconcertados. Del simple resfriado sin importancia que casi no tendría
repercusión en España, que nos anunciaron hace un año, al miedo, la ruina
económica y al encierro en nuestras casas. Todo ha sido un movimiento pendular
de un extremo a otro.
Las opiniones más disparatadas han
salido a los aires. Otros, en el extremo opuesto, se han atrevido a negar las
evidencias y a contradecir a los que saben. En España, cualquier analfabeto es
capaz de presentarle cara y discutirle a un premio Nobel. Dejan en evidencia lo
atrevida que es la ignorancia.
Ha habido también mucha
desinformación a la hora de tomar decisiones y algunos, como los que iban en mi
pueblo, a la escarda del ‘Lelo’, han hecho lo que les venía en ganas, o al
menos daban esa impresión. Pienso que se habrán dejado llevar por el consejo de
algún experto. De lo contrario, han puesto en evidencia mucho capricho y que el
sentido común, es bastante menos común de lo que sería de desear.
Las noticias que vienen de otros
países tampoco son muy reconfortantes. Según se lee, Alemania ha sido quien lo
ha tenido más claro a la hora de arbitrar líneas de ayuda a las empresas que
sufren las cornadas en sus economías. Parece que Italia, con un nuevo primer
ministro, también va a cambiar de política.
Por lo pronto, - es
reconfortante, su sentido de la realidad - en unas declaraciones les ha
anunciado a los italianos que, todo va a ser distinto y que nada será igual a
lo que han vivido hasta ahora. Una de las cosas que ha dejado claro es que el
turismo, primer motor, de su país, lo va a pasar mal.
Ahora, la zozobra por estos lares
viene cuando nos anuncian que no hay vacunas. No nos las sirven en la cantidad que se
precisa. Todo se había cifrado en su llegada. La industria farmacéutica no produce la
cantidad que se necesita. Hay quien dice que es por el coste, otros que por
incapacidad material para responder a la demanda y hay quien va más lejos y
hablan de mercados negros y de trapicheos raros. ¿Dónde está la verdad?
En la ignorancia más supina me
hago muchas preguntas y una, a la que nadie, hasta ahora que sepa, ha dado
respuesta: ¿cuánto cuesta una vacuna?
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