Crudas o a la plancha, con un
chorreón de limón, un poquito de sal y un espurreo de pimienta negra. Así es la
manera más usual de consumo, aunque según el sitio pueden agregarle algunos
otros condimentos, sobre todo si su consumo es en crudo. Hay cocineros que las
preparan al ajillo, con salsa picante, al pilpil con ajo y cayena e incluso a
modo de sushi.
Entran dentro del grupo de los
moluscos. Vive en zonas arenosas, hasta el punto que el color de la arena condiciona
el de la concha – es un bivalvo – que pregona el sitio marino donde se crió. A
veces llega hasta los cien metros de profundidad. Se les conoce como almejas de
Málaga pregonando donde se criaron o dónde su consumo llega a parámetros
elevados.
Con un golpe seco se propicia la
labor de limpiarlas. Ese golpe hace que el molusco sufra una contracción y con
un cuchillo, mejor un medio cuchillo, permite su apertura. Recomiendan los
gastrónomos que en la media de los posible se conserve el agua de mar que
llevan en su interior porque eso les hace que su saber sea algo así con
paladear una ola pero sin la salinidad de la superficie.
Las conchas finas entran, en su
identificación, en el grupo de moluscos bivalvos, carecen de cabeza
diferenciada y tentáculos y viven en las
cercanías de los litorales marinos aunque tampoco se descarta que algunos lo
hagan en profundidades abisales.
Se alimentan filtrando el agua
durante las horas de mareas altas de donde extraen su alimento. Tiene un
pequeño pie que le permite enterrarse en la arena y casi carece de movilidad.
Cuando se mueve utiliza un músculo que le permite, además, enterrarse en la
arena.
La salinidad y movilidad del agua
no tienen gran influencia en estos moluscos si bien prefieren mares de aguas
tranquilas en contraposición a las turbulentas. Entre los moluscos bivalvos más
conocidos están la ostra – que no es propia de las costas del litoral malagueño
– la almeja, la navaja y el mejillón.
Par acompañar su consumo estos
manjares marinos piden un vino blanco afrutado, sin alta graduación y si es
posible frío o muy frío lo que hace que se potencien sus sabores, y se pueda
soñar con eso que se llaman cantos de sirenas que caminan por olas de nácar. Ya
ven con cualquier cosilla come uno…
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