domingo, 14 de marzo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gol en Las Gaunas

 

 


                                 

Como José María García, periodista deportivo radiofónico,  investido de buscador de la verdad – la verdad de cada uno es solo parte de la verdad – la emprendiese contra alguien, más le valía que lo pillara la cochinita en mitad de la vía.

“Butanito”, de apodo, tenía más poder que el Presidente del Gobierno y era más mordaz que la lengua de una beata mala. Llegaba hasta los rincones más oscuros de los cajones más cerrados en los armarios olvidados en desvanes y trasteros de telarañas, ratones y cobijo nocturno lechuzas.

José María García, acuñó una frase que se hizo – hoy se diría viral - que no sé qué es realmente, pero que la gente la usaba con una facilidad de asombro. “Gol en las Guanas”. Todo el mundo sabe qué es un gol y que aquellas Gaunas era el campo, embarrado casi siempre, donde jugaba el Logroñes y donde caían los gigantes del fútbol que, además del equipo contrario, tenían que luchar contra los elementos.

La frase ayudaba, también, a cambiar de tercio en una conversación o servía para enviar, de manera incisiva, alguna misiva que llevaba un destino determinado.

Está el patio con una camada de toros soliviantados, a cornadas unos con otros, empitonándose y con menos misericordia, entre sí, que un verdugo en el cadalso. Exhiben garras, navajas cachicuernas de esas que cortan la yugular desde enfrente con que solo se miren. (De la moralidad y ética, de todos, de todos, ojo, no hablamos)

Cuando alguien, dentro de un puñado de años, analice la catadura del ramillete de personajes protagonistas en portada de telediarios, tendrá que echarse agua fría a la cara para ver que realmente no está en un sueño y sí analiza la realidad, despierto.

Entonces verán que los muertos en el primer año de pandemia - de eso no tienen culpa los gobernantes, quede claro – casi rondan los cien mil. Algo así como si el Instituto Nacional de Estadística anunciase que se borran del mapa: Lugo o Santiago de Compostela o Cáceres…, tropecientas mil empresas arruinadas y muchos españoles en las colas de Caritas. Ellos, con el “gol en Las Gaunas”.

¿A que da qué pensar? Me quedo con el gol en Las Gaunas. Otro gol, el de mi Málaga, este mediodía, que nos aleja un poquito más del descenso… ¡Qué egoísta soy, Dios mío!

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