jueves, 18 de marzo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Escoba de brujas

 




Los rosales están en plena ebullición. Se han vestido después de la poda – generalmente, en los meses de diciembre y enero, en los lugares cálidos – y ahora, ya apuntan las rosas para lucir dentro de unas semanas, quizá días, en todo su esplendor.

La mayoría de las plantas de nuestros jardines, vienen de viveros muy especializados. Han hecho una selección genética y ofrecen verdaderos primores de rosas por su colorido, forma, exuberancia… Casi todas, poco olorosas, eso sí, pero de una belleza inusitada.

Tienen además, un problema añadido: son pasto de enfermedades. Generalmente hongos, bacterias y virus, además de insectos a modo de pulgones que, con una melaza como presentación de cartas credenciales, anuncian su llegada inminente.

Una amiga – no estoy autorizado a desvelar su nombre – me envío una foto. Me exponía un problema aparecido en su rosaleda… De entrada le dije, que no sabía qué era. Me encomendé al rosario de amigos que uno tiene por esos mundos de Dios…

Paco González, Antonio Miguel Sánchez, Joaquín Rebollo y Juan Blanco, han sabido de mis cuitas y cada uno se ha pronunciado. Ante la foto de mi amiga – yo, ignorante, pensé en la posibilidad de un hongo – se inclinan por pensar en una virasis. Eso hace más grave el diagnóstico. Los virus por la experiencia que vivimos, y en estos días más, sabemos que no tienen cura…

Dicen que puede ser el virus del mosaico o el virus conocido como la ‘escoba de bruja’. Los dos, hijos de mala madre, y con las ideas de un cable caído. Me he zarzaleado páginas de internet (¡cómo son útiles estos medios para los que somos profanos en tantas cosas!), y me he empapado de información. En la medida en que mi buenismo puede tener respuesta, me entero que el bichito se transmite, ¡manda bemoles!, por el aire.

Como estos medios llegan a tantos sitios, he optado por escribir, además de adjuntar la fotografía que me envío mi amiga, y abrir el abanico a las posibles experiencias y conocimientos de los expertos. Los que amamos las rosas, unos porque ya tienen el problema y otros porque podemos tenerlo, sin menoscabo de todo lo anterior,  y valorando la ayuda recibida, vamos a agradecer mucho la posible solución al problema… De antemano, gracias.


 

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