jueves, 12 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Turistas de otoño

 

 

                                     



Ya están aquí. No vienen con el paquete hotelero que les pone la pulsera en la muñeca para que beban y coman cuanto quieran dentro de las lindes del hotel, no. Ni traen el bono que faculta tomar  el sol en la piscina y comer del bufet libre, que no, que no. No viajan  en compañías de ‘bajo coste’, de esas que  dicen que amarran los tornillos de los aviones con alambre, tampoco.

Se rigen por otros parámetros. Vienen porque su biorritmo se los marca. La madre naturaleza – que algunas veces tiene los cables cambiados y una mala leche dentro… - les dice, que en cuanto llegan los primeros fríos y caen las heladas y las noches se hacen más largas y se acortan los días y el sol no calienta y… , pues eso, alas ¿para que os quiero?

Ponen rumbo a los países cálidos del sur de Europa. Ya hace mucho frío en las tierras altas de la Península Escandinava, esa que le habla de tú al Cabo Norte, esa, esa,  y en los lugares de Siberia donde la taiga – bosques y más bosques, uno junto a otros – comienza a sembrase de nieves. Hablamos, claro,  de las aves migratorias.

De aquí, de nuestra tierra, cuando comenzó a calentar el sol de primavera, grullas, zorzales, agachadizas, petirrojos, pichis…, levantaron el jato (que el otro día escribí ‘hato’, con hache de hastío eso que ahora tenemos con tanta abundancia.., que es su nombre, y hubo uno que sabe un rato de campo, de pájaros y de caza y me dijo, que ‘jato’) pues eso, y se fueron buscando el fresco del verano que no es tan rígido y achicharrador como el nuestro.

Ahora, ya regresan que allí hace frío pues…. Siempre igual. Camino de ida y vuelta. Como los cantes. Ellos se distinguen más por la pluma que por el canto.  Han llegado las grullas y los zorzales (los cazadores los esperan camuflados en los cañaverales) que buscan las aceitunas maduras y caen como plagas. Hay pichis y petirrojos en los vallados de granados…

Son turistas de otoño. No contabilizan en el Producto Interior Bruto, de los pájaros ni en la cifras de la economía de la ornitología, pero para quien quiera saberlo, ahí queda la noticia. Ya están aquí, poquito a poco, con orden y con la puntualidad precisa de siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario