domingo, 29 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cuevas del Becerro


                              


Cuevas del Becerro, “la Cueva” para los del terreno, está en la margen izquierda, conforme se va para Ronda desde el eje del Guadalhorce, y casi en la desviación de la carretera que lleva a Alcalá del Valle – que en un tiempo se llamó Alcalá de Setenil, de Ronda o de la Vega, – Antes deja a un lado la desviación hacia Serrato y El Burgo.

Porque nos acercamos a la Serranía, es probable que según época, te encuentres con una granizada (¿te acuerdas hermano, aquella que nos sorprendió una noche que veníamos de Benaojan?) o que te llueva (¡cómo jarreaba, de madrugada, cuando regresábamos de Arriate después del pregón de Salvador Pendón, por cierto, original, riguroso, actual…! Los que no fueron, se lo perdieron, pero esos son otros lópeces),  o sea la misma nieve que cubre el camino y lo viste todo de una capa blanca. 

Estás a las puertas de Ronda. El paisaje diferente. Es paso entre las tierras de la Serranía y el llano. Vas a ir rodeado de cumbres. Quédate con los nombres: Cerro del Castillón, Cerro de la Palomas o Fuente  del Zorro… Mil metros, metro arriba o abajo,  de altitud y piedra caliza.

De aquí baja el río de las Cuevas y muchos arroyos. Forman la cabecera del Guadalteba. Otras aguas, por la caliza y las filtraciones, van profunda, forman bolsas.

Yo hoy, iba a escribir de un barrio señero, la Trinidad, pero la actualidad manda. Ha dicho el telediario, que la autoridad sanitaria citó el pasado viernes a 389 vecinos para hacer la prueba del bicho. Se presentaron 286 y dieron positivo 130. Algo así como superando el setenta por ciento de la población. Dice también el telediario, que van a estrenar uno de esos vehículos modernos y mañana lunes, será obligatorio para todos los vecinos someterse a la prueba. Según su alcaldesa, la situación es inexplicable porque todos han cumplido pero… y, que tendrá como bueno, que serán los primeros en estar libres de todo el tinglado. ¡Dios la oiga!

Santa Marta, dice la copla, tiene tren pero no tiene tranvía, la Cueva, ni tren ni tranvía. Parece que lo que hay por allí es un virus suelto que acongoja. Esperemos que se hagan la cosas bien y no pierdan medio nombre por el camino, que es un pueblo entrañable, que ya no pinta de azul los nichos del cementerio…


 

 

 

 

 

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