viernes, 13 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Chaves Nogales


                         


Lo conocí, mejor, supe de su obra hace unos años. Demasiado tarde. Debió ser antes, pero no fue. Las  cosas son como son. Había oído hablar de él – uno de los grandes del siglo XX – pero no conocía sus escritos.

Hace ocho o diez años, mi amigo Joaquín Franquelo (un poco antes de que él, mi hermano Antonio y yo nos fuésemos unos días de encierro al Monasterio de El Parral, en Segovia) se presentó en mi casa y me trajo A Sangre y Fuego. Héroes, bestias y mártires de España. Toma, me dijo: “te va a gustar…” Soberbio, algo soberbio.

Unos años después, Barbeito, ¿pudo ser cuando a Morante lo hicieron Hijo predilecto de su tierra, La Puebla del Rio?, me habló de Juan Belmonte, matador de toros. Si les digo que es la mejor biografía del ‘Pasmo de Triana’, me quedo corto. Uno no sabe cuándo habla Juan, cuando lo hace Manuel Chaves Nogales o cuando la literatura es quien usa la muleta para llevar a lector a donde quiere llevarlo.

La tercera obra, Semana Santa en Sevilla. Es ‘otra visión’. Una manera diferente de ver algo que se sale de lo cotidiano. Me lo trajo Manuela Domínguez, era un regalo de su marido, Antonio Asenjo, en uno de sus últimas visitas a Álora, a donde tiene que volver en cuanto pase esta plaga que nos azota.

Andrés Trapiello – con Muñoz Molina – prologa la Obra Completa, un estuche con Cinco Tomos y más de tres mil seiscientas páginas. Libros del Asteroide, que acaba de presentarse en la Diputación de Sevilla.  Trapiello, en su último libro Madrid, que ha salido en octubre, dice que la obra de Chaves, y sobre todo, el prólogo de A Sangre y fuego debería ser lectura obligatoria en los Institutos de Enseñanza de España, pero claro, cuando uno ve que los alumnos van a titular con suspensos, eso de que lean se le hace un poco cuesta arriba.

Trapiello, en  Las armas y las letras  (éste vino de la mano de Fulgencio Martos) habla de su tiempo de director de Ahora, periódico que incautó el Frente Popular. Cita: “Yo  […] que no tengo ninguna simpatía por la dictadura del proletariado […] me puse al servicio de los obreros como antes lo había estado a las órdenes del capitalista”. ¿Cabe más sentido de la objetividad y espíritu de trabajo en un periodista?


 

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