lunes, 23 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lunes

 

                                      


Hay mucha gente por la calle. Es lunes. Los lunes son los únicos días de la semana que tienen personalidad propia. Cualquier día nos preguntamos qué día es hoy, pero el lunes, no. Los lunes siempre decimos: hoy es lunes.

La gente espera entrar a la frutería. Jesús se levanta de madrugada. Va al mercado central, o sea a Mercamálaga – que no sé si escribe todo junto o por separado – y trae productos de excelente calidad. Se adelanta siempre a la fruta de temporada: las primeras chirimoyas, las primeras cerezas, los primeros nísperos, los primero mangos… Otras: peras, plátanos, uvas, manzanas, no faltan en ninguna época del año.

Unas mujeres aguardan su turno en la puerta de la pescadería. El pescadero se llama Jose Mari. Moreno, tiene pinta por el pelo negro y casi ensortijado, de haberse bajado de una patera hace poco tiempo, pero no. José Mari es del terreno, aunque se gana la vida con las cosas que trae de la mar.

“La noche tiene estrellas, / tú estás durándome por dentro”. Lo dice el maestro Alcántara. (Envío una rosa).  Voy a la ferretería. Me encuentro con Antonio Bootello. Antonio hurga en los papeles viejos. Investiga. La veleta del campanario apunta a un cielo con nubes.

Ya no está el vendedor de la ONCE. Pregunto por él y me dicen que lo han trasladado a otro puesto. Desconocía que eso funciona de esa manera y que tienen un sitio asignado para ofrecer los cupones. Todos los días son días de aprender.

Varios operarios llevan enfrascados con un muro en la vía pública un tiempo. Uno, buen mozo, aunque no haya nadie subido, casi siempre sostiene el andamio metálico. Debe ser muy observante de la seguridad del compañero.  

Antonio Díaz, me ha abordado a la altura de la parada de taxi. Tenía que preguntarme algunas cosas. Se las he aclarado en la medida de mis posibilidades. Miguel es el encargado de la limpieza de la calle. Lleva una especie de carrito, a modo de cubo, donde echa los papeles, una escoba larga. Siempre una palabra amable y una sonrisa. Miguel es un hombre excelente.

-         ¿A qué hora comienzas, Miguel?

-         A las siete. El Málaga el sábado…Se deja caer…

-         Sí, Miguel con tres centrales y a las cañas. La procesión va a ser larga y la cera, poca.

-         Eso, eso digo yo también.




 

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