sábado, 26 de enero de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: María, la Brava






(María, la Brava, encarnada en el Teatro por María Guerrero)


 María Rodríguez de Monroy nació, siglo XV, en Plasencia, al norte de Cáceres, conforme se enfila  el Puerto de Béjar camino de las tierras charras. Casó con Enrique Enríquez de Sevilla con quien tuvo dos hijos y de quien enviudó relativamente joven. Con su marido marchó a Salamanca. Allí le esperaba la tragedia y la leyenda.

Salamanca desde el siglo XIV está dividida en dos bandos: los de San Benito que integra a la familia de los Manzano y la de Santo Tomé. Cuando la familia Enríquez llega a la ciudad toman partido por los segundos. La Plaza del Corrillo es tierra de nadie o línea divisoria. Los ciudadanos de a pie no se atrevían a pasar por ella. Allí nacía y creía con generosidad la yerba… Se conoce como el Corrillo de hierba.

Un día, 1465,  juegan los hijos de las dos familias. Luis y Pedro son los ‘Enríquez’, un mal golpe por parte de “los Manzano”, da muerte a Pedro, el menor. Temerosos de la reacción de Luis, el hermano mayor, lo esperan en la calle, una emboscada y la muerte. Se lo comunican al padre. Teme la reacción; les aconseja la huida a Portugal.

María, ausente de la ciudad acude tras la noticia. Finge una retirada para llorar la muerte a tierras segovianas. Rearma un ejército de cincuenta caballeros y emprende la búsqueda pueblo a pueblo. Los encuentra, mientras duermen,  en Viseu.  Mal heridos, los remata en el suelo. Les corta la cabeza. Es tal el ensañamiento que el horror hace presa en el séquito.

Vuelve con las cabezas a Salamanca. Corren dos versiones. Una, que coloca las coloca junto a las tumbas de su hijos; otra, que las cuelga en la fachada de su propia casa… El pueblo le pone apellidos propios: “María, la Brava”.

La casa de doña María, en Salamanca, está en la Plaza de los Bandos. En el centro de la fachada el escudo nobiliario de los Enrique; a la izquierda, el de los Monroy; a la derecha, el de los Maldonados. Fray Juan de Sahagún, agustino, hace que se firme la paz, “Acta de la Concordia”, 1476, entre ambas familias. María, “la Brava” está enterrada en Villalba de los Llanos (Salamanca).


Fuente: Félix Carmona Moreno. O.S.A San Juan de Sahagún pacificador y patrón de Salamanca.

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