Me las ando estos días en la
poda de rosales con la ayuda de mi amigo Juan. Yo soy madrugador; Juan, más.
Vamos, Juan es algo así como las ‘frailecillas’ que dicen que son los pájaros
más madrugadores de la naturaleza… Tenemos que esperar a que se asiente un poco
el rocío mañanero porque todo está chorreando.
Esta mañana, -muy temprano - en
los cerros de enfrente se arrancó a cantar un pájaro perdiz. Mi amigo Andrés Postigo, entre otros, me dice
del ‘cunini’, , el ‘curichí’, el ‘aguila’, el ‘cuchichi’, el ‘piteo’… Era un
macho gallardeando. Ya no era hora de puesto de alba y por la hora ese pollo
anda ya en celos y reclama presencia de compañera, que seguramente no tendrá cara de ‘pandereta’, sino que estará preciosa
como es ella.
Al poco rato subió, a la
sierra, el cabrero. Todo era una
sinfonía de cencerras lejanas. Se
expandían por la ladera, al otro lado
del arroyo. No se veía la piara pero sí hubo una intercomunicación de los
perros de mi vecino con los que llevaba el cabrero. Los perros, naturalmente,
se entienden entre ellos a modo de ladridos.
Cantaba un pajarito del agua. Me
extrañó. Los carbonerillos, que son los
que aquí les llamamos ‘pajaritos del agua’ por su monocorde en la respueta:
“sí, señor”, o “no, señor”. Son pájaros de otoño que anuncian las primeras
lluvias. Esta mañana cantaba uno. Creo que estaba en el las ramas más altas del
granado sin hojas que hace esquina con la gallinera.
A medida que calentaba el sol,
los chamarines entraban en plaza. El chamariz – ‘chamarín’, – es el pájaro más
tempranero para anidar. Las temperaturas placenteras del mediodía anuncian un
tiempo fuera de época. Ellos, los pajarillos, también están adelantados.
Los mirlos picotean en los
arriates estercolados. Buscan los bichillos que siempre vienen en las masas de
materia orgánica… Se abren las florecillas de la yerbabonita y todo el campo
era una armonía y belleza de invierno. Me quedo con los versos de Juan de
Yepes. Estoy seguro que “mil gracias derramando / pasó por esos sotos con presura…”
y sí, seguro que sí, todos quedaron prendados de su hermosura porque es Él
quien nos permite ver su luz de cada
día…
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