La historia de la fotografía femenina en
España viene de la mano de una andaluza. Amalia López Cabrera nació en
la mediación del siglo XIX (1837) en Almería. Su padre, un hombre de saneada
economía. Vive del comercio. En su casa hay servicio doméstico cosa usual entonces usual pero que también da cuenta de
la economía familiar.
Se casa –poco más de veinte
años- con un impresor, Francisco López
Vizcaíno; se traslada, a Jaén. Conoce a un conde pintoresco. Un hombre que
hacía ‘magia con una cámara’. Francisco Luis Tarszenski, amigo personal de
Louis Daguerre. Luego lo sería de Amalia. Es el Conde Lipa, polaco, exiliado en
Francia…
Alumna del conde siente un
entusiasmo fuera de lo normal por el secreto de las placas, la rebeldía de los
baños de plata. Se había superado la mediación del siglo. En 1860 abre su
propio gabinete, Obispo Arquellada, 2. Lo instala en su propio domicilio
familiar donde también está la imprenta de su marido. Se convierte en la primera mujer fotógrafo
oficial de España. Pasa por delante a esposas e hijas de otros fotógrafos que
eran ayudantes. Ella, no. Ella es quien maneja la cámara. Firma su propia obra.
La prensa local, en 1866,
inserta un anuncio de su gabinete. Por él comienza a pasar y posar parte de la
sociedad de su tiempo. Su material de trabajo, excelente: varios tipos de
cámara le permiten jugar con el tamaño. Eso convierte su estudio en algo
novedoso. La gente acude porque quiere inmortalizarse.
No se queda en la fotógrafa de
una provincia perdida en el mapa. Acude al Concurso Nacional de fotografía que
se celebra en Zaragoza. Es el año 1868. Obtiene una mención honorífica. Ya se
codea con los fotógrafos más famosos de España.
España vive momentos de
convulsión política. Ha triunfado el
Pacto de Ostende. Hay una nueva Constitución, - la de 1869 – y una nueva
etapa. El General Serrano, regente hasta el juramente de Amadeo de Saboya;
Prim, presidente del Gobierno. El impresor Francisco López se traslada a Madrid
(donde se arruina) , para hacerse cargo de la concesión del Gobierno para
imprimir La Gaceta Agricola. Amalia marcha con su marido. Otro talento perdido
en la nebulosa del olvido. Se sabe que debió la capital de España antes de finalizar el siglo
XIX. Otra, de las nuestras.
Fuente: I. Lara
Martín-Portugues y E.L. Lara López . La memoria en sepia. Historia de la
fotografía giennense desde los orígenes hasta 1920. 2003
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