En el Diario de
Burgos aparecía una firma: Isabel Inghirami. No era la heroína de Gabriele D’Annunzio;
no. Obviamente, un seudónimo. Detrás, una mujer poco común; excepcional; una
mujer comprometida. Defendió la cultura y la mujer. Su nombre: María Teresa
León Goyri.
Hija de un coronel
del ejército. Nació en Logroño; principios del XX. Su madre, hermana de María Goyri mujer de
don Ramón Menéndez Pidal. Vivió, por los destinos de su padre, en Barcelona,
Madrid, Burgos…
La influencia de la
familia en su formación, fundamental. Por ‘culpa’ de su tía entra en la
Institución Libre de Enseñanza y, luego, estudia Filosofía y Letras. María
Goyri había sido una de las primeras mujeres que alcanzaron el Doctorado, en
esa rama, en España.
Le ponen trabas para
seguir estudiando después de los catorce años. Norma y costumbres del tiempo.
Dicen, también, que lee lecturas ‘poco edificantes’. La expulsan del Colegio de
Monjas - ¿ raro, verdad? – En Leganitos, en el Sagrado Corazón, le muestran la
puerta: “porque se empeñaba en estudiar bachillerato, lloraba a destiempo y
leía libros prohibidos”.
Se casa muy joven.
Diecisiete años; dos hijos. Un matrimonio fracasado. En 1929 conoce a Rafael
Alberti. Se fugan a Mallorca. En 1932 se casan por lo civil. Hasta su muerte,
recluida, por motivos de enfermedad, en un sanatorio de la Sierra de Madrid, en
1988 sigue unida a él.
Alberti en su Arboleda Perdida dice de ella: “Surgió
ante mí, rubia, hermosa, sólida y levantada, como una ola que una mar
imprevista me arrojara de un golpe contra el pecho”.
Luchó, en plena
guerra, por salvar los fondos sacros de Toledo y la joya pictórica del Museo
del Prado… Estuvo comprometida, contra el fascismo y por la difusión de la cultura y las mujeres –
lo he dicho un poco más arriba- , sobre todo, desde el teatro; escribió mucho y
bien; fundó la revista antifascita: El
Mono Azul… Rafael Alberti le ilustra su colección de cuentos: Rosa Fría…
En España, en su
tiempo, convivieron (¿?) dos bandos. De parte y parte, atrocidades. Conoció la
Unión Soviética, Berlín y China. Vivió, las penalidades del exilio: en Orán,
París, Argentina – la llegada de Perón al poder, los hace volver a Europa – y
Roma. En 1977, después de mucho rodar: España, ante el olvido de los suyos -
¿por qué?- , definitivamente…
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