Es joven, pelo castaño, ojos no muy grandes y un poco
rasgados. Esbelta, tiene poca – ninguna- grasa y mucho músculo. Potencia en su
brazo y boca grande. La barbilla con mentón pronunciado; cuando sonríe se le
hacen dos hoyitos en la mejilla…
No tenía ni idea de su existencia. La televisión
dice que ha ganado Roland Garros, que según los que saben que es algo muy
importante en el tenis sobre tierra batida. Le permite ser la primera española
que alcanza el número dos en el entorchado del tenis femenino a nivel mundial…
Manuela Domjap da un toque de alarma. Va y dice:
“Una mujer española ha ganado el Roland Garros y nadie comenta nada?” No lo
sabe. Me ha dado pie para el artículo de “Las nuestras”. Me pongo a la
faena. Me medio informo.
Me entero que nació en una ciudad de Venezuela,
Guatire, en el Estado de Miranda. A su ciudad, que se formó de manera diferente
a como lo hicieron otras ciudades coloniales, llegan aires del Mar Caribe. También llegó allí, desde Eibar,
su padre. Se casó con una venezolana.
Garmiñe,
tiene la doble nacionalidad, por nacimiento y por padre. Se formó en Barcelona;
vive en Suiza. Escoge competir con España y va y se emociona cuando gana, no
por la hazaña del triunfo sino porque le ponen tierna las notas del Himno
Nacional español. ¡Chapeau!
A lo largo de su trayectoria de campeona se han
cruzado: Vera Zvonariova, Flavia Pennetta, Siniaková, Anastasia Pavliuchékova,
Klara Zakopalová, Serena Williams… No es el listín de nombres raros; no.
Simplemente los he copiado de lo que dicen que es su palmarés.
Afirman los periódicos especializados que ‘casi ya
va’ a ser la número uno de ese deporte. Cuestión de tiempo y estadísticas;
calidad, sobra. Sus enfrentamientos se cuentan por victorias. Y, además ella,
no se conforma. Declara que quiere más.
La cosa no queda ahí. Resulta que una niña, de doce
años, va y gana el infantil, también allí en París. La niña es de Almería; se
llama María Dolores López Martínez. Dicen que tiene problemas para financiar
sus entrenamientos. A ver, a ver, si no se nos queda por el camino por culpa
del maldito parné…
No hay comentarios:
Publicar un comentario