¿Será por las calores que anuncian que viene el
verano? ¿Será porque algún cable se ha desenganchado? ¿Será porque la sociedad,
en su momento, no sabe o no quiere ponerse en su sitio? ¿Por qué puñetas será?
Los telediarios están como para apagar el televisor.
Lo mismo se puede decir de la radio o de los periódicos. Cualquier medio da noticias;
indefectiblemente, malas. Si no lo fuesen, no serían noticias. Triste, muy
triste.
Un ciudadano aparentemente normal acude, hace par de
noches, a un concierto. La cantante -
veinte y do años - firma autógrafos. La chica, dicen, había ganado un concurso
de esos que buscan nuevos artistas… No media palabra. Y va el tío, le pega unos
pocos tiros; la mata. Y, luego, se mata
él… (Ya sé lo que pensamos, yo también lo he pensado)
Anoche, en Orlando, otro ciudadano - veintinueve años - que no es de allí se va a
un club donde la gente se divierte. No entro en detalles. Son de sobra
conocidos. Se lleva por delante, por ahora, veinte vidas. Entre otras, la suya.
Dicen que es oriundo de Afganistán y que todo es por motivos xenófobos. ¡Vaya
usted a saber!
Marsella está a la orilla del mar. El mar de aguas
azules por donde navegaron fenicios, griegos y la cultura que dio pie a lo que
se llama Civilización Occidental. Campeonato de fútbol. Copa de Europa. Un
motón de borrachos y drogados: rusos y británicos (el orden de los factores no
altera el producto…) se lían entre ellos. Batalla campal. La Policía francesas
impotente…
No queda ahí la cosa. En Badalona, un fulano mata a
otra mujer y ¿van… ? Escribo a vuela pluma. Escribo más llevado por la impotencia
y por la indignación que por el sosiego de una reflexión tranquila. ¿Qué puñetas
pasa con tanta violencia? ¿Alguien lo sabe?
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