Alguien
dijo – no que sé quién – que todo es posible en Granada. Llevaba razón. Por
unas cosas y por las que hoy me traen a estas líneas para esbozar, a vuela
pluma, un puñado de consideraciones.
Verán.
Hace unos meses un amigo me habló de Giralda
, novela de Alfonso Grosso. Le dije que no la conocía; me la recomendó. La
busqué en la Casa del Libro, en librerías de Antiguo y en los amigos libreros
de Soria que siempre me han solucionado el problema. En unos sitios me dijeron:
‘descatalogada’; en otros, agotada; en otro, no ha habido respuesta.
Hace
unos días mi amigo y yo nos vimos. Vino; departimos un rato; paseamos; dos
cañas y un espeto junto al mar; un almuerzo compartido… Mi amigo me trajo la novela.
Está dedicada por el autor. “Para Antonio con mi sincero afecto y amistad”. Mi
amigo, me dijo también, que cuando se la dedicó, Alfonso ya estaba muy grave…
La
novela es soberbia. A la riqueza narrativa (engancha desde la primera página)
une un manejo de vocabulario inusual. Conoce y sabe de lo que habla. Lleva al
lector embebido. Mi amigo me dijo que había que tener el diccionario al alcance
de la mano…
¿La
trama? Años veinte del siglo pasado; una Sevilla que vive detrás de las rejas
de los palacios y en la calle; en las iglesias y en los burdeles; en la sociedad acartonada de criados, cocheros
y lacayos; dinero y terratenientes; putas, chulos y ‘gente singular’.
Alfonso
Grosso utiliza la metáfora con una sutileza inusitada: “culebrinas azuladas”, “uñas
de medio luto”, “la noche se acercaba a paso de gallo por las cumbres” Y llega
al culmen de la descripción: “no por perfumado y lubricado menos agrio en su
olor y sabor cual moneda de cobre lamida
por la boca de un niño”.
Antológica
la fotografía de Don Manuel de Falla. Pasea, en espera, por el andén de la
estación: “vestido de negro, las manos en la espalda, sosteniendo un paraguas cerrado, con una larga bufanda
sobre el cuello de terciopelo del abrigo que le protegía del frío…”
El nudo
de la esencia, en Granada. Todo lo anterior y el final, antecedentes o
consecuencias de una grandísima novela. Me pregunto ¿alguien sabe si, por un casual, aún salen
vapores para las Antillas?
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