La sierra baja, desde Sistema Ibérico que se conoce
por Hayedo de Santiago, a la llanura. A ambos lados, dos ríos: el Iregua y el
Leza. Corren y forman valle. En medio la Sierra de Cameros. Da nombre a las dos
comarcas. A una mano, el Camero Nuevo; a la otra, el Camero Viejo.
La tierra es quebrada, inhóspita. Crecen hayan,
robles, acebos, serbales, rebollos, coscojas… La vegetación tupida y espesa.
Avanza la primavera; los árboles de la cumbre aún están deshojados; desnudas, las ramas. Revientan los robles; se han
vestido las hayas.
¿Ríos? Varios: Jubera; Alhama, el nacimientos del
Cidacos… El más importante, el Leza. Tiene un cañón impresionante. ¿Población?
Poca, ni la precisa. Se enclavan doce municipios, entre todos, ‘en ayuntamiento’
- aunque todos tienen el suyo - no llegan a los ochocientos habitantes.
El viajero, o sea, cuando subía por el Camero Nuevo,
camino del Puerto de Piqueras, pasó por San Andrés y giró a la izquierda. Subió
un poco más: coronó el puerto de Sancho Leza. Coronó y comenzó la bajada. La
carretera estrecha, tortuosa, casi para un vehículo y poco más. Tampoco el
viajero se encontró con nadie.
Pastan las vacas. Algunas tienen un cencerro grande.
Se llena la sierra de sonidos metálicos; esquilones libres; aires de ganado que
deambula a su manera y antojo. Están sueltas. No sabe porqué – no tienen nada
que ver – le viene un recuerdo para Gabriel y Galán, el poeta extremeño que
cantó al niño que cuidaba, solo, en el monte, las vacas.
En Laguna de Cameros se encuentra con un hombre. Le
pregunta por el Solar de Tejada. El hombre es comunicativo, pero a su modo.
Saca poca información. Laguna de Cameros está equipada con un parque infantil y
un montón de artilugios estáticos para hacer gimnasia. En ambos, la yerba
alcanza varios palmos de altura…
Pasa por Jalón de Cameros. Tiene dieciocho
habitantes y una ermita al Cristo del Humilladero. En San Román de Cameros
poseen Centro de Salud abierto día y noche; una fuente con tres caños y casi
ciento cincuenta habitantes. Es la ‘capital’.
Leza del Río Leza - poque hay otra de igual nombre
en tierras alavesas - riza el nombre por rimbombante y por el impresionante
cañón que forma el río. Es asombroso. El viajero siente algo por dentro ante
tanta belleza. Contempla, admira y sigue camino…
Los Cameros,tierra de contrastes, parecen especialmente diseñados para viajeros y para los que buscan recodos de paz.Es Naturaleza con mayúscula
ResponderEliminarY, se ofrecen, sin pedir nada a cambio, a los viajeros intrépidos que se adentran en sus tierras.
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