Briones está en un promontorio. Ni alto ni bajo.
Suficiente para dominar una vega ubérrima de cepas brotadas que serán racimos
dentro de nada y cuando pase el estío y el otoño las vista de rojo y oro viejo,
serán tinto y “muncha comersación, ¿sabe usted? porque el vino tiene muncha
comersación”. Y, el viajero le dijo, que sí. ¿Qué otra cosa podría decirle?
El viajero sabe que el Ebro es la gran arteria que
recorre estas tierras. Las choperas vestidas de primavera, frondosas, verdes,
marcan la línea del río que no se ve pero se intuye profundo y silencioso.
Por aquí pasaron berones, asturianos – Alfonso I de
Asturias taló parte de las orillas del
río, que el hombre no se andaba con remilgos en esos menesteres - sarracenos,
castellanos, navarros; terminó como parte del Señorío de Haro…, y mientras
tanto seguía corriendo, como hoy, el Ebro.
Sancho IV, el de Peñalén – por cierto, hoy, cuatro de
junio - hace ‘solo’ 1040 años que lo mató su hermano. Verán: Guerra de los
‘Tres Sanchos”. Sancho IV, rey de Navarra desde los catorce años cuando murió
su padre en Atapuerca y conocido por el de Peñalén; Sancho II el Fuerte, de
Castilla y Sancho Ramírez, de Aragón.
¿Será por Sanchos?
Éste, el de
Peñalén, se las andaba en una cacería, en Funes, cerca de Olite. Los hermanos
traman una conjura. El que dicen que se llamaba Ramón, le empujó por un
barranco y lo precipitó al vacío. No me negarán que hay hermanos que…
Un poquito antes de llegar, a Briones, claro, conforme se viene de Cenicero, una vez pasado el
Najerilla y Torremontalbo donde hay una limitación de velocidad, justo en la
curva, y un radar ¡que tiene un agua de levante…! , pues eso; a la derecha está
la Fundación Dinastía Vivanco.
Arqueología, escultura, pintura… Una visión
universal del vino. El mejor museo temático de la cultura del vino. El viajero
no recuerda haber visto nada igual, nunca. Si tienen ocasión no se lo pierdan.
Es algo único. Merece la pena.
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