“… Y
yéndolos mirando con sola su figura / vestidos los dejó de su hermosura” (S.
Juan de la Cruz)
Noviembre, 6 jueves.
Madre
Teresa era una mujer castellana, de La Moraña, para ser más preciso, donde vivió
parte de su infancia (había nacido en Ávila). Sus antepasados judeo conversos,
acomodados. Providencialmente enviada por Dios a aquella tierra y en un momento
donde su presencia era muy necesaria.
Juan de
Yepes nació en Fontiveros, curiosamente, también en La Moraña. Su pasado un
tanto ‘oscuro’ en la mentalidad de aquel tiempo. Su padre hijo de comerciantes
de paños en Toledo acudía, periódicamente, a las ferias de Medina del Campo; su
madre parece que de ascendencia morisca a quien conoció su padre como moza que
trabajaba en una venta donde pernoctaba en sus idas y venidas de las ferias.
El
matrimonio no fue aceptado por la familia. Se establecen en Fontiveros. Tienen
tres hijos: Francisco, el mayor; Luis que muere de hambre siendo niño y Juan.
Su padre muere pronto. La infancia durísima, la juventud en total pobreza
(trabaja en un hospital terminal de sifilíticos) y la Mano de Dios que aparece
por en medio para que, conjuntamente, después de estudiar en Salamanca coincida
con Madre Teresa y entre ambos dos reformen el Carmelo.
El Carmelo (ellas y ellos) necesitan un cambio
radical de la Orden. Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, recorren las tierras de
España y llevan a cabo una reforma de tal magnitud que la Iglesia se encuentra
con una Orden nueva llena de gente con una religiosidad profunda y acorde con
los nuevos tiempos que corrían en aquel tiempo.
Madre Teresa, después de salir del Convento de la Encarnación, donde luego volvió como Priora, se establece en el nuevo convento pequeño, San José; luego, funda en Medina y así comienza la expansión dentro de muchas penalidades. Fray Juan, en Duruelo, luego en Pastrana y así progresivamente…
Ella muerte
en Alba de Tormes en pleno campo de Salamanca, al sur de la capital, cruzado
por el río que viene de Gredos y va camino del Duero; él, en Baeza, tras pasar
penalidades por la incomprensión, envidia y desapego de sus propios hermanos de
Orden. Cervantes, en El Quijote, habla de un entierro que una noche cruza por
el campo cercano entre antorchas. Según los críticos, es el cuerpo de San Juan
que lo llevan a darle sepultura en Segovia.
Hoy la Iglesia cuenta con dos Doctores. Santa
Teresa con unos escritos para releerlos muy despacio y San Juan con la mejor
poesía lírica de la Literatura Española…
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