viernes, 21 de noviembre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Perotes

 

 

                         Álora (Málaga)


Noviembre, 21 viernes


Las agencias publicitarias se ponen las pilas. Competencia.  Venden, de la manera, más atractiva, lo encomendado. Quieren impactar. En ello les va, en ocasiones, parte de su economía. Ofrecen abanicos de bellezas, de originalidades, de cosas pintorescas, e incluso, a veces, maneras de jugarse la vida. Ferias (Sevilla), espectáculos (la tomatina de un pueblo valenciano) San Fermín (Pamplona). (La Despedía en Álora no es un espectáculo: es una vivencia totémica).

Nos muestran lo que la naturaleza les regala con generosidad: Montañas, bosques bellísimos, valles, picos inaccesibles, ríos encajados entre barracos profundos o valles espléndidos. Pienso en deportes de riesgos: barranquismos, descensos por agua bravas y turbulentas;  otros atados por los pies a un cordel, se lanzan desde la baranda de un puente. Les ponen nombres ingleses. No caigo en el anglicismo.

Muestran ‘regalos’ – quizá no sea la palabra exacta – que les da la naturaleza: olas gigantescas y gente que guarda el equilibrio sobre la ola desde muchos metros alejados de la orilla hasta llevar al rebalaje; otras, es el viento quien lleva eso que llaman parapente o ala delta, o vaya usted a saber.

No conformes, nos dicen que aquel lugar es apropiado para ‘perderse’ entre las arenas ardientes de un desierto (Petra en Jordania o travesías en África), en descensos a una velocidad que marea y, que de pronto, encuentran un desnivel o una roca. Se salva de la manera más imprevista: dan un salto en el vacío. De un trampolín a tropecientos metros de altura no hablamos…. Piensen en cualquier punto de la Alpes.

Hay quien se inclina por el placer de la comida. Buena mesa. Restaurantes de guisos sofisticados y rarísimos, de vinos de no se sabe qué añada... Eso, en ocasiones, los contrapesan con monumentos hechos por el hombre. Templos de muchos años, tumbas (en eso, los egipcios, especialistas) iglesias, catedrales…

Hay un tema que no está tocado. La gente. ¿La gente? Si, la gente. Hay pueblos donde la gente es cogedora, abierta. Si tienes la suerte de encontrarte con alguien que te introduzca entonces miel sobre hojuelas. Tiene Álora, mi pueblo, y de gentilicio ‘perote’ un no sé qué que se queda meciendo e invita al visitante a que vuelva.

Hace unos días el pintor, Leonardo Fernández, vino como miembro del jurado de pintura. Coincidió con el alcalde en la sesión.  A la hora de tomar el tren de regreso, llovía. No había manera de encontrar un vehículo que lo llevase a la estación.

- El alcalde, me dijo, me bajó en su coche…

La mejor de las todas las publicidades posibles. Y, uno, que ama – nada de chauvinismo, por favor – su tierra siente satisfacción interior. No solo, no se recompensa con nada, sino que, de manera espontánea, le sale:

- “Es que los perotes somos así”.

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