Arroyo de las Piedras.
Desembocadura en el río Guadalhorce. Álora (Málaga)
Noviembre, 17
lunes.
Ayer tarde a esa hora en que el sol dorado de otoño pone la tarde de color de miel me acerqué a la desembocadura del arroyo de las Piedras entre las tierras de los cortijos de la Caridad y Bachiller, frente al llano de la Gallega, en la estación de las Mellizas,
El arroyo de las Piedras, uno de los dos grandes tributarios del Guadalhorce en el término municipal de Álora es temible por sus crecidas. Casi siempre vienen, en este tiempo, cuando las diferencias de temperaturas entre el agua del mar y la tierra generan el fenómeno atmosférico conocido como gota fría.
El otro que aporta sus aguas, el Jévar, nace, también, en la vertiente sur del macizo kárstico de El Torcal. Son cortos de caudal, con aminoramiento a medida que llegan los días de calores tórridos de verano. Entonces, el estiaje es total y quedan sin agua superficial en su cauce.
Casi en su origen pasa por tierras de las pedanías de Los Nogales y la Joya. Es el Wadi Nescania de los árabes. Arranca en la vertiente norte de la Sierra de Chimenea, en los Prados de Eslava, en las proximidades de los cortijos de Chimenea, Arevalillo y los Álamos (Antequera). Atraviesa las tierras de los cortijos de Doña María, la Encinilla, El Chopo y Checa. Bordea el Valle de Abdalajís, sigue por los Barrancones, Cañón de Álora, salva El Peñón del Negro, tierras de la Huerta de Loja, de la Viuda y Casablanca. Dice la leyenda urbana que si algún excursionista se pierde en El Torcal y sale por su propio pie lo hace, a los tres días, por los Prados de Eslava. Como me dijeron te lo cuento.
Debe su nombre actual a la proliferación de cantos rodados de su lecho como consecuencia de la erosión y el arrastre por las aguas de piedras de diferentes volúmenes. Pienso ahora, en el arroyo del Búho que le tributa frente al Valle de Abdalajís.
La última gran crecida fue en la madrugada del 28 de septiembre de 2012. Arrancó de cuajo el puente - recientemente reconstruido - para salvarlo, como posible evacuación, en caso de accidente, de los viajeros del tren de Alta Velocidad antes de atravesar la cordillera entre los pagos de Las Angosturas y el Quinto, por el sur y la salida norte, en Gobantes.
La desembocadura de las aguas del arroyo en el Guadalhorce no está muy ‘aseada’. Las quejas y preocupaciones vecinales y del propio Ayuntamiento, que también, las ha trasladado, duermen desoídas, como tantas otras, en los armarios de la administración.
El arroyo de las Piedras en algunos tramos de su curso aprovecha sus orillas como caminos vecinales. Es la comunicación natural entre el Valle del Guadalhorce y la Depresión de Antequera. Aparece en el Libro del Repartimiento como “río de la Piedras” en la delimitación de las tierras que dan en El Chopo a Juan de Aguilar.
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